jueves, 16 de mayo de 2019

5 actitudes que disminuyen tu autoridad (y cómo evitarlas)

Estos hábitos demuestran tu inseguridad e incomodidad como líder, y podrían afectar tus habilidades para dirigir a un equipo.


5 actitudes que disminuyen tu autoridad (y cómo evitarlas)

por: GWEN MORAN

A veces, las cosas pequeñas hacen la diferencia. Por ejemplo, las personas que frecuentemente usan el pronombre “yo” en interacciones con pequeños grupos, podrían ser percibidas como más inseguras que las personas que usan pronombres más inclusivos como “nosotros, de acuerdo con un estudio recientemente publicado por el Journal of Language and Social Psychology. Aquellos que se enfocaron en el lenguaje en primera persona demostraron estar más preocupados por sí mismos que por las necesidades de los demás.
Pero también hay otros hábitos que podrían demostrar tu incomodidad con el liderazgo e incluso mermar tu autoridad como manager, asegura Angie Segal, coach de negocios en ActionCoach. A continuación te presentamos cinco actitudes que debes cuidar en tu estilo de management:
1. Reír nerviosamente
Segal observa que muchos managers llenan su lenguaje de risas nerviosas. Ésta es una señal de incomodidad y nerviosismo, lo cual puede convertirse en un gran obstáculo para tu autoridad, señala. La solución es prestar atención a las conversaciones y definir cuándo debes reírte y cuándo mantenerte serio.

2. Agudizar la voz al final de las oraciones
La tendencia de aumentar tu entonación al final de una oración, de manera que suene como pregunta, disminuye el efecto de tus argumentos como autoridad. Es difícil que las personas distingan entre cuando les estás haciendo una pregunta a cuando les das una orden, señala Segal.

Esta característica es relativamente común entre los emprendedores jóvenes y demuestra incomodidad con un puesto de liderazgo. Grabarte cuando das pláticas o haces videoconferencias es una buena forma de identificar este hábito para corregirlo.
3. Evitar el contacto visual
Fracasar en hacer contacto visual puede afectar gravemente tu autoridad. Ver a alguien directamente a los ojos mientras entregas instrucciones o das noticias te da la apariencia de tener el control y ser confiable. Fallar en hacerlo también puede hacer que la otra persona sienta que tienes algo que ocultar. Así que siempre ve a la persona a los ojos cuando hables con ella. Si hablas con varias personas a la vez, trabaja en hacer contacto visual con las más posibles a lo largo de tu plática.

4. Ser el ‘amigo’
Segal dice que los managers que son ascendidos para liderar a sus colegas muchas veces cometen el error de ser muy amigos de sus empleados. Ésta es una línea que debes dibujar, ya que ser el mejor amigo de todos dificulta la toma de decisiones y ser disciplinado cuando se requiere. Esto también abre la puerta a los empleados para aprovecharse de ti, asumiendo que no tendrá repercusiones el hacerlo. Habla francamente con tu equipo acerca de tus metas y expectativas, y por más difícil que sea atente a las reglas.

5. Esquivar la responsabilidad
Algunos managers esquivan la responsabilidad de tomar decisiones poco populares diciendo, “Yo no hago las reglas”. Segal dice que éste es un error crítico entre managers. Cuando lideras a las personas, necesitas inspirarlos por las metas. Y es difícil conseguirlo cuando sólo plantas semillas de infelicidad. En lugar, presenta la dirección u objetivo bajo la mejor luz posible y delinea tu plan para conseguirlo juntos como equipo. 

Fuente del Articulo:www.entrepreneur.com

10 claves para saber si tu vida se ha estancado

¿Te quejas más de lo que agradeces y el único lugar donde eres 'feliz' es en tus redes sociales?
10 claves para saber si tu vida se ha estancado
Lo que ves, ya no existe. La retina conserva por una décima de segundo la imagen de los objetos que se extinguen frente a tus ojos y es gracias a ello que podemos ver la vida con coherencia de movimiento y no como una serie de imágenes inconexas. Al menos así lo explica la teoría de la persistencia retiniana, la cual buscó la confirmación de su hipótesis a través del daedaleum. Un instrumento circular donde las imágenes inanimadas y separadas cobran vida gracias al movimiento.
Bajo esta misma lógica Èmile Reynaud creó el praxinoscopio en 1877, juguete que sorprendió a los parisinos. Más tarde, estos bosquejos de imágenes en movimiento devendrían en la invención del cine tal y como lo conocemos.
Como vemos, de manera inherente suponemos el cambio; el movimiento es parte de nuestras estructuras más básicas. Entonces, ¿por qué hay momentos de nuestra vida en los que nos estancamos?, ¿por qué sentimos que no vamos ni para atrás ni para adelante? ¿Porque nos percibimos tan inmóviles como un vegetal?
A veces somos los últimos en notar el detrimento personal: suponemos que todo va bien debido a la costumbre y adoptamos el sentirnos abatidos como un hábito. Aquí te presentamos algunas señales que podrían indicar que tu vida está estancada.

10. Todos están en otro momento, menos tú

Una reunión con tus amigos de toda la vida te lo demuestra; uno acaba de llegar de África, el segundo está esperando a su primer hijo, otro se metió a estudiar una maestría. ¿Y tú? No se trata de una competencia; sin embargo, comienzas a percatarte que todos los demás tienen algo asombroso que contar, pero cuando es tu turno de relatar tus últimas aventuras sólo respondes “pues lo de siempre, ya sabes”.

9. Hace mucho no conoces a alguien nuevo

¿Cuándo fue la última vez que conociste a alguien? No a una persona que puedes encontrarte de vez en vez y saludar con un gesto amable, sino a alguien con quien puedas hablar, salir, comer un helado, reír, charlar sobre aspectos más personales. Si tus amistades son las mismas de siempre, puede que estés estancándote y por lo tanto no sumas experiencias nuevas a tu vida.

8. Hay más quejas que agradecimientos

Ves un problema en cada solución: “¡Pff, qué día tan nublado!”, “¡Agg, hace mucho calor!”. Encuentras inconvenientes en absolutamente todo y nunca te sientes conforme ni agradecido con lo que tienes. Te cuesta trabajo levantarte por la mañana y sentirte afortunado por tener un día más de vida.

7. Sufres una apatía generalizada

No es pereza, no se trata de no haber dormido bien la noche anterior, simplemente no quieres hacer nada pues todo te da igual. A las invitaciones de tus amigos para salir los viernes por la noche respondes “no, gracias, tengo planes”, aunque sea mentira. Buscas la soledad y te sientes permanentemente sin ánimos de nada.

6. Sigues hablando de tu ex

Tiene más de un año que salió de tu vida, aún así no hay ni un sólo miembro de tu círculo social que no sepa su historia. Siempre lo mencionas, una y otra vez; pero no te das cuenta de que pese al tiempo transcurrido, sigues anclado emocionalmente.

5. El único lugar donde eres “feliz” es en tus redes sociales

Aunque tienes un presentimiento de que algo no va bien, te niegas a aceptarlo y procuras darle al mundo una cara determinada para que vean lo bien que la pasas. Por eso intentas subir cientos de fotos a tus redes sociales, aparentando una vida relajada y novedosa, pero por dentro te abruma el hastío de vivir todos los días exactamente lo mismo.

4. No controlas los excesos

El aburrimiento y el hastío te llevan a hacer cosas sin mucho sentido, por ejemplo como comenzar a comprar muchas cosas, comer compulsivamente, beber o fumar más de lo habitual. Todo para intentar llenar ese vacío, pero a la larga eso comienza a ser más perjudicial.

3. Reconoces que lo que hoy te aqueja, también lo hacía hace unos meses

Cuando te detienes un momento a examinar qué es lo que te aflige, te das cuenta que ya conoces este sentimiento: lo has vivido meses atrás. Con tristeza miras como en lugar de superarlo, lo sigues sufriendo todos los días.

2. Tiene meses que no te emociona comenzar algo nuevo

Aunque pretendes culpar al tiempo, a tu situación económica o a cualquier otra cosa, sabes que ha sido por tu falta interés que hace meses —o años— no pisas un teatro, no abres un libro nuevo, no planeas un viaje ni te inscribes a algún curso.

1. Evitas pensar en el futuro

El futuro no entra en tus planes y no es que no te preocupe, sino que simplemente no te interesa saber nada de él. Tu estado actual, lleno de apatía y cansancio, te vuelve imposible que pienses en un futuro distinto.
Mira a tu alrededor e imagina cómo sería tu vida si todo permaneciera estático. La existencia misma sería imposible: las cosas no podrían nacer, crecer, ni morir. El mundo sería completamente diferente a lo que es, vuelve a moverte junto a él.

Fuente del Articulo:www.entrepreneur.com