martes, 18 de agosto de 2015
El Naúfrago y el mar
Arrojado un náufrago en la orilla, se durmió de fatiga; mas no tardó en despertarse, y al ver
al mar, le recriminó por seducir a los hombres con su apariencia tranquila para luego, una
vez que los ha embarcado sobre sus aguas, enfurecerse y hacerles perecer.
Tomó el mar la forma de una mujer y le dijo:
- No es a mí sino a los vientos a quienes debes dirigir tus reproches, amigo mío; porque yo
soy tal como me ves ahora! y son los vientos los que, lanzándose sobre mí de repente, me
encrespan y enfurecen.
Moraleja: Nunca hagamos responsable de una injusticia a su ejecutor cuando actúa por orden de otros, sino a quienes tienen autoridad sobre él.
Come tú´mismo la fruta
En cierta ocasión se quejaba un discípulo con su Maestro: «Siempre nos cuentas historias,
pero nunca nos revelas su significado» El Maestro le replicó: «¿Te gustaría que alguien te
ofreciera fruta y la masticara antes de dártela?».
Nadie puede descubrir tu propio significado en tu lugar. Ni si quiera el Maestro.
Las personas carismáticas son así…
Todos nos hemos topado alguna vez con una persona por la que nos hemos sentido atraídos (no en el sentido sentimental), por su capacidad de hacernos sentir bien y por su forma de hacer las cosas. Ese tipo de personas suelen ser personas con carisma. Aquí tienes sus características principales: ¿te suenan?
por VANESA MATESANZ
1. Transmiten felicidad a las personas que tienen a su alrededor. Suelen ser personas positivas, simpáticas, agradables y cercanas.
2. Producen sensación de seguridad en los demás porque ellos también son seguros de sí mismos. Son personas tranquilas, que caminan en pasos firmes, y eso es precisamente lo que transmiten.
3. Tienen gran capacidad de comunicación, son grandes narradores, grandes comunicadores.
4. Son personas con grandes valores, que luchan hasta el final. Tienen siempre claro que es lo que quieren y van a por ello.
5. Escuchan más de lo que hablan.
6. No son egocéntricos, dejan su espacio a los demás. Al contrario de lo que pueda parecer, las personas carismáticas no pretenden eclipsar al resto. Al contrario, les dan su lugar.
7. Son capaces de hablar de cualquier cosa, no tienen miedo aexpresar sus sentimientos.
8. Son empáticos, tienen una gran facilidad para ponerse en la piel de la persona que tienen al lado.
9. Suelen tener un lenguaje no verbal adecuado: miran a los ojos, sonríen, se mantienen erguidos, caminan con la cabeza alta…
10. Por todo ello, suelen ser grandes líderes, personas que sirven de referente y guía al resto. Suelen estar rodeados de gente.
Fuente del Artículo: forbes.es
domingo, 9 de agosto de 2015
Cinco fantasías para ser infeliz
Por: Pilar Jericó
Nuestra cabeza está llena de fantasías sobre la felicidad que, en vez de ayudarnos, nos dificultan alcanzarla. Vamos a ver algunas de las más habituales:
Si estoy triste, no soy feliz
La felicidad no es un punto al que llegar, sino un estado emocional que cultivar. Está más cerca de la serenidad que de otras emociones, porque si te duelen las muelas, por mucha felicidad que tengas, estás fastidiado, decía el gran escritor José Saramago. Sin embargo, los occidentales asociamos felicidad a placer y pensamos que cualquier emoción negativa es una hecatombe para nuestro objetivo. Negamos la tristeza, el enfado… no nos gustan y creemos que son malas compañías. Sin embargo, esa fantasía es un error de partida. Si negamos algo tan básico en nosotros como son las emociones poco sexys, estaremos perdiendo brújulas para alcanzar un estado de serenidad, como diría Saramago.
Siempre quiero más
Otra fantasía: pensamos que cuando tengamos esto o aquello, seremos más felices. Piensa en ti en algún momento de tu vida. ¿Quizá soñaste que cuando tuvieras ese trabajo, esa pareja o consiguieras ese coche te ibas a sentir mejor o, incluso, ser más feliz? Y después de conseguirlo, ¿qué sucedió? Pues seguramente, nada. Tuviste una satisfacción temporal, pero luego te llegaste a acostumbrar a él o a ella y necesitaste otro estímulo que te “garantizara” ser más feliz. Así somos. Cuando conseguimos algo muy anhelado, después queremos más y más. Esto es lo que Sonja Lyubomirsky, una de las grandes expertas mundiales en felicidad, denomina nuestra “adaptación hedonista”, que es una manera de expresar que nos adaptamos a lo bueno y una vez conseguido, nos deja de motivar. Y si no, piensa cuando has estado enfermo. Sabías que lo más importante era la salud y te prometías tenerlo muy en cuenta. Sin embargo, una vez curado, tu mente dijo: “a otra cosa, mariposa”.
(Por supuesto, hace falta alcanzar un umbral. Si estamos en una situación de pobreza, por ejemplo, resulta más difícil ser feliz.)
“Como me suceda esto…”
Existen pensamientos que construyen miedos maravillosos, que nos ahogan por dentro. Pensamos que si pierdo ese trabajo, que si suspendo ese examen, que si mi pareja me deja… sufriremos muchísimo y quizá no sepamos remontarlo. Y, por supuesto, que existen acontecimientos que nos hacen daño, pero muy probablemente nuestra fantasía es superior a lo que la mayoría de las veces sucede. Simplemente, echa un vistazo a tu pasado y mira esos miedos tan terribles que tuviste si eran tan grandes como imaginabas. No somos buenos jueces previendo el dolor, porque no somos conscientes que tenemos un sistema inmunológico afectivo, como dice Dan Gilbert, profesor de la Universidad de Harvard, que nos hace recuperarnos más rápido de lo que nosotros pensamos. Por ello, un buen método consiste en confiar un poco más en uno mismo para salir de situaciones difíciles.
A mí las cosas
En línea con la segunda fantasía de querer siempre más, Tom Gilovich, de la Universidad de Cornell, nos habla de otra: la búsqueda de la acumulación de cosas, en vez de experiencias. Llegó a esta conclusión a través de un estudio. Le pidió a un grupo de personas que gastaran una cantidad determinada de dinero comprando cosas o que lo gastaran viviendo una experiencia. Pasado el tiempo, analizó quiénes habían sido más felices. Y como es de esperar, aquellos que lo invirtieron en experiencias se mostraron mucho más.
Vayamos a ti mismo. Echa un vistazo atrás y enumera qué acontecimientos te han hecho sentirte más feliz. ¿Poseer cosas o vivir determinadas experiencias con personas o en viajes o en conexión con la naturaleza? Date tú mismo o tú misma la respuesta.
De aquí, no me muevo
Una última fantasía está relacionada con mi nivel de felicidad genético. Pensamos que nacemos con un numerito en la escala de la felicidad y que de ahí no nos movemos. Creemos que podemos vivir acontecimientos positivos o negativos, pero que regresaremos al mismo punto de partida. Pues bien, según investigaciones de Sonja Lyubomirsky o de Martin Seligman nacemos con una determinada predisposición a la felicidad, pero sin embargo tenemos un margen de maniobra lo suficientemente amplio que podemos cambiar el numerito con el que pensamos que venimos a este mundo. Así pues, destierra frases como “yo no puedo ser feliz”. La ciencia afirma que está en tus manos.
Fuente del Artículo:blogs.elpais.com
domingo, 2 de agosto de 2015
Los 10 asesinos de la motivación laboral
Un equipo feliz es un equipo productivo. Destierra a los asesinos de la motivación y mejora la situación de tu empresa.
Por Kate Taylor
21-07-2015
Nos sucede a todos: sentados en nuestro escritorio, nos damos cuenta de que no tenemos motivación alguna para llevar a cabo nuestras tareas.
Por supuesto, cuando la falta de motivación hace presencia la productividad es la principal afectada… y ésta afecta no a una persona, sino a una oficina entera.
La única cura a largo plazo para la falta de motivación es encontrar los asesinos de la motivación en tu lugar de trabajo, y erradicarlos tan pronto como sea posible. Ya sea que se trate de un espacio de trabajo horrible, un jefe que no sabe ser líder o la falta de objetivos claros, llegar a la raíz del problema puede impulsar de manera inesperada la productividad de todo un equipo.
Éstos son los 10 principales asesinos de la motivación que suelen rondar las oficinas. Erradícalos hoy mismo y regresa a trabajar.
1. Recompensas inadecuadas
Es decir, no pagarles a tus empleados lo que valen. Según un estudio realizado por Weekdone, 26 por ciento de los empleados dejaría su trabajo por tan sólo 5 por ciento de aumento salarial. La solución: establece un sistema abierto de recompensas.
2. Espacio de trabajo horrible
No proveer de un espacio que favorezca la productividad: oficinas cerradas, con poca luz y falta de áreas para interactuar. La solución: buscar un espacio de trabajo amplio, ventilado, iluminado y con áreas para ejercitarse y relacionarse.
3. Falta de crecimiento
No ofrecer a los colaboradores la oportunidad de desarrollarse en el ámbito personal y profesional. ¿Sabías que Google permite que sus empleados pasen 20 por ciento del tiempo desarrollando proyectos personales? La solución: ofrece talleres divertidos y enriquecedores.
4. Colaboración ineficiente
Es decir, no dejar que los miembros del equipo participen en las decisiones. ¿Sabías que, en promedio, 30 por ciento de los trabajadores no siente que sus aportaciones sean valoradas? La solución: haz preguntas de vez en cuando, y tómalas en cuenta.
5. Ambiente negativo
No prestar atención al estado de ánimo de tus trabajadores es un gran error. ¿Sabías que 24 por ciento de los empleados poco motivados esparcen la negatividad a sus compañeros? La solución: antes de contratar, presta atención a las cualidades emocionales de tus empleados potenciales, y propicia un ambiente de trabajo sano.
6. Miedo al fracaso
No propiciar una cultura abierta, en la que se admitan los tropiezos y se busque aprender de ellos. La solución: no castigues a tus empleados por sus errores, ni mucho menos los expongas enfrente de los demás. Pídeles que sean honestos contigo cuando fallen.
7. Falta de objetivos claros
No establecer metas definidas deriva en una falta de enfoque. ¿Sabías que 63 por ciento de los empleados afirma que no conocer los objetivos de un trabajo les hace sentir que están perdiendo el tiempo? La solución: implementa un sistema basado en objetivos y resultados.
8. Jefes controladores
Esos jefes que no otorgan libertad a sus empleados, y que buscan tomar hasta las decisiones más insignificantes con tal de no “perder el control”. ¿Sabías que 38 por ciento de los empleados preferiría llevar a cabo tareas poco placenteras a sentarse junto a un jefe controlador? La solución: contrata a un equipo en el que puedas confiar y aprende a delegar.
9. Juntas sin sentido
Las reuniones sin una lista de pendientes por resolver o que no siguen la agenda establecida es un causante de frustración. ¿Sabías que, en promedio, los empleados pierden 3.8 horas por semana en juntas poco productivas? La solución: convoca a juntas sólo cuando sea necesario.
Relacionado: 7 tipos de juntas que debes evitar a toda costa
10. Hacer que tu equipo pierda el tiempo
La mayoría de los trabajadores está dispuesto a trabajar más tiempo del que le corresponde, siempre y cuando sienta que su trabajo no está siendo desperdiciado. La solución: sé un buen ejemplo a seguir. Sé ordenado, termina tus tareas a tiempo y promueve el hecho de que tus empleados se vayan a tiempo a casa.
Fuente del Artículo:soyentrepreneur.com
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