Muchos de los líderes de negocios de hoy en día creen que realmente viajar influye en el desarrollo de los mejores empresarios. Desde aprender las diferentes maneras de comunicarte hasta vivir nuevas culturas. Todo el proceso de viajar tiene efectos positivos más allá de tu vida personal. Por eso, mientras que cada acción que tomamos para preservar o invertir capital tiene una historia detrás, las inversiones más importantes que un empresario puede hacer es viajar.
8 noviembre 2015
Por: JIMENA AZINOVIC
Ryan Frankel es el CEO y co-fundador de VerbalizeIt, una compañía que ofrece traducciones de calidad a empresas de todo el mundo. Como empresario, bloqueó el mundo exterior privándose de nuevas experiencias, consejos e incluso de las relaciones que podían mejorar sus éxitos. La primera vez que lanzó VerbalizeIt hace casi cuatro años, pocas veces viajaba por carretera y apenas pasaba tiempo con personas fuera del trabajo. Todo esto le dejó desprovisto de nuevas perspectivas y perdió la inspiración. Fue un viaje de negocios que tuvo que realizar solo lo que le abrió los ojos. Se dio cuenta de lo importante que era primero entablar una relación personal con los nuevos clientes o asociaciones para luego sumergirse en los negocios. Algo que le permitió disfrutar de su trabajo más que antes.
Mientras que no hay que dejar de ser conscientes del tiempo ni del presupuesto, viajar siempre va a ser una manera de ampliar horizontes, ya sea querer establecer una nueva relación de negocios entre culturas, conocer un país por ocio o vivir una aventura culinaria. Salir de tu zona de confort se traduce en beneficios tanto a tu vida de empresario de ciudadano global:
No importa tanto el sitio al que vayas, sino cómo integrarás las experiencias que tuviste en tu vida diaria.
Viajar, como en los negocios, incluye cambio de planes y buscar maneras de adaptarse a nuevos ambientes: los vuelos se retrasan, las maletas se pierden y los hoteles se llenan.
Enseña a comunicar. No se trata solo de conocer el idioma del país, sino de ser capaz de controlar tu lenguaje corporal y buscar la manera de comunicar algo.
Además, viajando puedes aprender a gestionar tu tiempo: a qué hora hay que ir al aeropuerto, cuándo hay que coger el autobús…
Por supuesto, es una manera de aumentar tu red de contactos. Te permite hablar y relacionarte con gente de todos los países.
Y también te enseña a trabajar con lo que tienes, que muchas veces se traduce en recursos limitados.
Con todas estas habilidades puedes convertirte en un gran jefe. Viajar te enseña a liderar en cada paso del camino. Tanto si viajas solo como en compañía, estás obligado a tomar decisiones e interactuar con las personas de tu alrededor.
Fuente del Artículo: forbes.es
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