No saber expresarse en la oficina es sinónimo de conflicto. Aquí te explicamos como la inteligencia emocional puede ayudarte a conocerte y... controlarte.
03-12-2014
Por:Alejandro Medina
David es un joven excesivamente proactivo en su trabajo. Siempre obtiene los mejores resultados y tiene una gran visión a futuro, sin embargo, sufre de un gran problema: no sabe expresarse y siempre termina en conflicto con sus compañeros.
Esta situación ha escalado a tal grado que ya ni siquiera su equipo de trabajo se encuentra a gusto con él, y sus grandes capacidades están comenzando a verse opacadas por las constantes peleas que está teniendo en la oficina.
¿Tiene solución David? ¿De verdad sus pocas habilidades de comunicación pueden llevarlo de la punta más alta de la compañía hasta la puerta de salida?
Un problema de reacción
Quizá el mayor error que David ha cometido en esta etapa de su vida laboral, es no saber cómo comunicar sus molestias ante sus compañeros y sobre todo no saber reaccionar de forma positiva antes las críticas que pudieran realizar a su trabajo.
Este joven podría pensar que es el único que sufre por este tipo de cuestiones, sin embargo, este problema no sólo está en su sangre, que lo lleva a explotar, sino también en el torrente de decenas de trabajadores de las empresas en México.
El hecho de no saber expresar inconformidades es un mal bastante serio que afecta considerablemente los ambientes laborales de las compañías, es por eso que cuando se detecta debe ser tratado de la mejor manera posible para evitar que pueda convertirse en una enfermedad crónica.
Pero David no está del todo desprotegido, ya que existen una serie de habilidades englobadas en un termino sencillo que sin duda pueden llevarlo a evitar que este tipo de comportamientos sigan saliendo de su cuerpo y provocándole problemas.
Fortalece ya tu inteligencia emocional
Si bien cambiar de la noche a la mañana sería algo imposible, conocer a detalle lo que es la inteligencia emocional y poner en práctica sus preceptos, podría significar un avance increíble que lo llevaría incluso a volver a los primeros planos de su empresa.
La inteligencia emocional agrupa distintas habilidades psicológicas que permiten apreciar y expresar de manera equilibrada nuestras emociones, para entender a los demás y formar a partir de ahí nuestro comportamiento.
En su interior se encuentran cinco dimensiones que si se completan de forma adecuada nos permitirán comunicarnos de manera más efectiva con nuestros compañeros de trabajo y evitar esos conflictos que tanto daño hacen a nosotros y a las empresas en las que colaboramos y Katia Villafuerte Cardona, profesora del Tecnológico de Monterrey, campus Santa Fe, y especialista en Psicología Organizacional, las explica a detalle a AltoNivel.com.mx
Primera dimensión: Conócete a ti mismo
La primera meta que se tiene cumplir para terminar con esos terribles problemas de comunicación que tienen personas como David, es el conocimiento de sí mismos. ¿Utopía? ¿Quién se conoce a profundidad y totalmente?
La experta se refiere a saber perfectamente cómo reaccionará tu cuerpo ante un momento complicado o de frustración y cuál es la actitud que tomarás directamente, sin pensar, para enfrentar este tipo de sucesos.
“Necesitamos saber perfectamente cuál es la reacción que adoptaremos en distintos escenarios de nuestro día a día, conocer por qué nos ‘hierve la sangre’ para poder, en una etapa posterior, atajar este tipo de problemas”, comenta Villafuerte.
Segunda dimensión: Aprende siempre a controlarte
Una vez que las personas ya conocen a detalle cómo es que su cuerpo se comporta, es hora de comenzar a establecer un plan personal para intentar contener la ira o molestias que se generan y poder mantener un contacto cordial con los compañeros de trabajo.
No se trata de decir siempre que sí a todo, sino de tratar de enfocar nuestros esfuerzos en no responder de forma agresiva, tratar de escuchar y contestar sin agredir a nuestros pares.
Los colaboradores de las empresas que sufren de este tipo de problema deben de ubicar perfectamente cuáles son sus fortalezas y debilidades para poner tener una mayor conciencia de sus capacidades.
Tercera dimensión: Encuentra tus metas y motívate
Consiste principalmente en enseñar a nuestro organismo a dirigir su comportamiento a cumplir con una meta. El hecho hará que nuestros objetivos se posiciones por encima de cualquier tipo de reacción negativa que nuestro cuerpo pueda tener.
“Si sabemos a dónde vamos podremos hacer las cosas con mayor optimismo y tendremos la mente cerrada a malas actitudes que puedan afectar nuestro desempeño”, señala Katia Villafuerte.
La motivación puede hacer que los colaboradores enfoquen completamente su energía en completar una determinada meta, cosa que los alejará de momentos que generen tensión.
Cuarta dimensión: Entiende y respeta a los demás
A diferencia de lo que pasa con las tres primera dimensiones de la inteligencia emocional, en este cuarto paso ya no dependen las cosas de uno mismo, sino que por primera vez también se requiere de involucrar al ambiente de trabajo.
“Este punto tiene como tarea principal el lograr la capacidad de reconocer, entender y ayudar a quien lo necesite, aunque sea distinto a mí”, explica la experta.
La idea es que la gente se de cuenta de que no debe ver las cosas únicamente desde su propia perspectiva, sino que existen siempre otras opiniones que tienen igualmente un origen importante para los demás.
Quinta dimensión: Influye en los otros con tus mensajes
Finalmente este proceso para mejorar la comunicación entre colaboradores, como es el caso de David, culmina con el desarrollo de capacidades que no se queden únicamente en el entender a los demás, sino incluso en influir en ellos.
Ya que la persona comprendió la importancia de saber debatir sus ideas sin mostrar enojo por los comentarios que le realicen, llegará la hora de convertirse incluso en catalizadores del cambio, impulsando estos pasos en otras personas que también los necesiten.
El objetivo de todo este proceso es tener claramente en la cabeza cómo se debe de mandar un mensaje, tomando como un valor importante la forma de ser de las personas, sus creencias y origen.
Si bien resulta sumamente difícil que las personas desarrollen todas estas dimensiones en un 100%, la idea es que las personas que las requieren a la brevedad, puedan practicarlas constantemente hasta lograr que los detonantes dejen de afectarnos y terminen con nuestra vida laboral.
¿Alguna vez haz explotado en tu trabajo? ¿Cómo haz hecho para evitar confrontarte con tus compañeros? ¿Cuáles son las razones que motivan el que la gente explote durante un diálogo?
Fuente del Artículo:www.altonivel