sábado, 26 de diciembre de 2020

Usa estas señales para saber si eres un líder débil

 


Un mal dirigente "quema" a su equipo, no toma decisiones complicadas y humilla a sus subordinados enfrente de otros.

por:Peter Diamond



La mayoría de las personas asocian un líder débil con una persona dócil, tímida y callada. Aunque en ciertos casos puede ser así, los malos dirigentes también pueden ser explosivos, dominantes y un tanto dictadores.

Puedes tener todo el éxito del mundo en la incorporación de nuevos clientes, el desarrollo nuevos productos y servicios, métricas de productividad, etcétera, pero si las personas no te están buscando para estar en tu equipo, entonces eres una cabeza de este tipo.

Estas son siete actitudes que revelan si eres un líder débil.

1. Tu equipo sufre de burnout

Ser ambicioso y tener ímpetu son señales de muchas cabezas de proyecto efectivas. Sin embargo, si estás haciendo que tu equipo trabaje excesivamente e intercambias a sus miembros de manera indistinta, entonces no estas aprovechando tus recursos. Recuerda que los pequeños éxitos de productividad que tengas hoy pueden afectar la salud de tu equipo a largo plazo.

El manejo constante de crisis puede convertirse en una forma de vida que destruya la moral de tus empleados y termine por ahuyentarlos. En todos los negocios existen épocas donde se requiere “echar toda la carne al asador” pero ese no puede ser el estado natural. Las personas también necesitan recargarse.

2. Evitas tomar decisiones difíciles

Hay que tomar una decisión y tú te sales por la tangente. Esto puede deberse a que necesitas estar 100 por ciento seguro de la elección que harás o porque no tienes confianza en tus habilidades. Así que le pides a tus subordinados obtener más “datos duros” para poder estar más confiado. Esperas hasta el último momento para decidirte pues así puedes decir que te equivocaste porque “el equipo” se quedó sin tiempo para reunir suficiente información.

3. No sabes dar buenas direcciones

Quieres sacar un proyecto lo más rápido posible pero no has pensado cómo lograrlo. Reunes a tu equipo para tener una junta para comenzar a trabajar rebotando ideas en voz alta. Sin embargo, la falta de dirección hace que la discusión se pierda en tangentes confusos, por lo que al final de la reunión tu equipo sigue sin saber cuál es el rumbo a seguir, cuáles metas deben alcanzar y muchas áreas de acción quedan abiertas a la interpretación.

Al final, le dejas  tus subordinados la responsabilidad de interpretar qué es lo que quieres. Una señal segura: después de tener junta contigo, el equipo sale confundido y sabe que este nuevo proyecto será un desorden...como todos los demás.

4. Humillas a los miembros de tu equipo en público

No hay mejor manera de hacerse de una mala reputación como dirigente que regañar groseramente a uno de tus subordinados en frente de otras personas.  Puedes pensar que alguien hizo algo que necesita corrección, pero hacerlo de manera pública sólo demuestra que eres una persona inestable.

Los líderes débiles tienden a humillar a otros para sentirse mejor con ellos mismos. Si alguien de tu equipo merece tener una crítica constructiva, hazlo en privado. Hacer una “escenita” en una junta sólo  incomoda a los demás miembros del proyecto y no te deja en una posición de poder. Por el contrario, las buenas personas reaccionarán a la humillación y conseguirás distanciarte de un equipo que entregará resultados mediocres porque te tienen miedo.

5. Prometes pero no cumples

Entras juntas con los directores de la empresa o con un cliente importante y para asegurar tu posición, haces promesas irreales. Esto hace que te veas bien en el momento pero rara vez cumples con lo pactado o peor, dejas que sea tu equipo el que se encargue de cumplir tu palabra. Acciones así sólo disminuyen tu credibilidad y te expone como un individuo de “mucho ruido y pocas nueces”.

6. Le pides a muchas personas trabajar en lo mismo (y lo haces en secreto)

Es buena idea tener diversas opciones, pero no decirlo abiertamente ante tu equipo hace que las personas se enojen y se frustren cuando descubren que los apartaste en secreto de su operación habitual para realizar un proyecto en el que muchas personas están participando. Esto es especialmente dañino cuando eliges el proyecto que vas a utilizar, pues invariablemente mandas la señal de que no confías en tu equipo para realizar una buena propuesta de manera individual.

7. No das retroalimentación honesta

Evitas dar críticas constructivas porque no quieres lastimar los sentimientos de las personas. Ya sea que se trate de su desempeño, las posibilidades reales que tienen de recibir un aumento o si crees que son material para tu equipo, crear expectativas irreales es muy dañino pues genera amplia confusión cuando estas no se cumplen. Dar buena retroalimentación es la marca de un líder fuerte.

Fuente del Articulo:www.entrepreneur.com

 



5 frases que indican que vas a tomar una mala decisión

 



El refrán dice que vale más una imagen que mil palabras, pero a veces las palabras lo son todo. En el caso de las decisiones, hay frases que solamente con ser pronunciadas se convierten en el comienzo de lo que puede ser una mala determinación. En este artículo te mostramos 5 de ellas para que la próxima vez pienses dos veces antes de decirlas (o de tomar una decisión si ya las has soltado, claro).

«Merezco ser feliz»
¿Mereces ser feliz o es que vas a hacer feliz a otra persona? ¿Estás seguro de que eso te dará la felicidad o es un capricho pasajero? Esta frase suele ser perfecta para justificar decisiones en las que participa más el corazón que la razón. A veces es necesario sufrir un poco para alcanzar la felicidad a largo plazo, piensa bien si lo que vas a hacer te va a hacer feliz unos meses o lo hará durante años.

«Prefiero pedir perdón que permiso»
Menos lobos, Caperucita. ¿Has pensado bien por encima de quién vas a pasar? Quizá levantar ampollas y crear enemistades no sea el mejor camino vital. A veces es mejor pedir permiso y vivir tranquilo que romper con todo y vivir arrepintiéndose. Antes de tomar una decisión drástica, piensa muy bien qué es lo que realmente te conviene. Quizá no valga la pena armar la marimorena y anteponer tu ego a tu tranquilidad.

«Sólo se vive una vez»
Ojo con los riesgos innecesarios. Las filosofía del «You Only Live Once» y el ya un poco demodé «Carpe diem» son muy bonitos, pero hay que ser realista. ¿De verdad te conviene hacer eso que estás pensando? A veces hay que pensar un poco en las consecuencias de nuestras acciones, especialmente en el terreno laboral. La vida personal y el entretenimiento ya son otro tema, ahí el YOLO es, casi, hasta necesario.

«Sólo estoy siendo honesto/sincero»
¿Honesto, sincero o cruel? Porque esta suele ser la típica frase que se dice después de haber arrasado con todo cual ola de fuerza desmedida. Piensa bien lo que dices y haces. Esta bien mirar por uno mismo, pero hay que tener en cuenta que los demás tienen sentimientos y herirlos tampoco es el camino hacia el éxito. Si tienes que ir pisando gente tardarás más en llegar a la meta, ten eso en cuenta.

«No me importa lo que piensen los demás»
Diagnóstico: has escuchado demasiado a Raphael y a Alaska. ‘Digan lo que digan’ y ‘A quién le importa’ son dos maravillosas canciones, pero esto es la vida real y seguro que algo te importa lo que digan los demás, especialmente en el ámbito laboral. Quizá te has armado de razones para increpar al jefe, pero si no tienes el apoyo de los compañeros igual luego lo pasas un poco mal… ¿A que en ese caso sí que te importa lo que piensen? Piénsalo.

Image cortesia de bplanet / FreeDigitalPhotos.net

Fuente:http://ideasinversion.com

http://www.forbes.es/

martes, 22 de septiembre de 2020

Cómo tratar a los empleados según su personalidad

 

Identifica las cualidades emocionales de cada miembro de tu equipo y aplica estos tips para sacar su mayor potencial.


Por:Gwen Moran ENTREPENEUR LEADERSHIP NETWORK WRITER

En la mayoría de las compañías, los empleados pueden ser clasificados por dos tipos de personalidad: los extrovertidos, a quienes se les facilitan las interacciones sociales, y los introvertidos, quienes disfrutan pasar tiempo en solitario

¿Cómo saber qué empleado tiene qué personalidad? Podrás deducirlo al observarlos en acción. La persona que constantemente está buscando a los demás para hablar y puede sacar conversación hasta en la máquina de café o que sugiere hacer sesiones de lluvias de ideas para resolver un problema probablemente sea un extrovertido. Mientras tanto, la que se mantiene en un rincón tomando notas suele ser introvertida.

Aunque los empleados varíen de acuerdo a sus fortalezas y preferencias, te decimos cómo puedes manejar a las dos personalidades para conseguir su mejor rendimiento.

Empleados introvertidos

1. Dales tiempo para pensar

Los empleados introvertidos suelen trabajar mejor cuando tienen tiempo suficiente para pensar en ideas o temas por adelantado, por lo que crear una agenda es una buena forma de incentivar su participación.

2. Dales espacio

Tener demasiado estímulo externo puede ser sofocante para ellos. Si no es posible que trabajen en una oficina cerrada, al menos asígnales un espacio tranquilo donde puedan refugiarse de vez en vez.

3. Planea reuniones tempranas

Debido a que los introvertidos suelen tener más energía en la mañana, intenta que las reuniones importantes sean a las primeras horas. En esos momentos aún no están cansados de tratar con gente. Si no puedes hacerlo, dales tiempo de planear y pensar antes de la junta.

4. Siéntete cómodo con el silencio

Cuando converses con los introvertidos, dales tiempo para responder y hazles preguntas. No le temas al silencio y no intentes cubrir todo momento con conversación. Evita que tú y el resto del equipo los interrumpan.

5. Busca su retroalimentación

Obtén respuestas e información de los introvertidos en formas que los hagan sentir cómodos. En lugar de esperar que tengan discusiones espontáneas sobre proyectos, búscalos de uno en uno. En las reuniones pide específicamente su opinión y dales la oportunidad de expresarse.

Empleados extrovertidos

1. Asigna trabajo en equipo

Los extrovertidos suelen desempeñarse bien en acciones de creatividad grupal. Sesiones de lluvia de ideas y otros métodos parecidos donde se reúne gente para pensar y resolver problemas son buenos ambientes para gente con esta personalidad. Ojo: evita que dominen las discusiones.

2. Déjalos expresarse

Los extrovertidos deben hablar para desarrollar su pensamiento. Para conseguir las mejores ideas de ellos, crea oportunidades donde puedan expresarse y discutir soluciones e ideas, dar retroalimentación y evaluar información.

3. Dales pistas corporales

Los extrovertidos también responden bien a las pistas no verbales y son buenos leyendo el lenguaje corporal. Cuando sostengas conversaciones con ellos, toma en cuenta tus expresiones faciales, tono de voz y otras formas de lenguaje corporal para dar a entender el mensaje que quieres.

4. Entiende su energía

Los extrovertidos típicamente necesitan más energía si han estado solos por un tiempo. Así que agendar las reuniones después de que la persona estuvo trabajando en un reporte o cuando ha pasado todo el día sentado es un buen momento para conseguir que se re energicen y compartan buenas ideas.

5. Permíteles interactuar con otras personas

Los extrovertidos suelen ser más hábiles en trabajos donde interactúen en persona con los clientes, asistan a conferencias o estén en ambientes donde hay mucha gente. Propicia este tipo de actividades.

Fuente del Artículo:www.entrepreneur.com

7 señales de que tienes inteligencia emocional

 

No es fácil manejar nuestras emociones, sobre todo cuando eres un líder. Si aún no sabes si cuentas con esta cualidad, checa estas características.

La inteligencia emocional es una cualidad subestimada por los empresarios, y que es de suma importancia para los empleados. En resumen, es la capacidad para reconocer y controlar nuestras emociones, y para reconocer y comprender las de los demás.

Aquí te decimos por qué es tan importante esta cualidad y cómo puedes saber si la tienes.

¿Por qué la inteligencia emocional es importante para los empresarios?

Las personas con un alto grado de inteligencia emocional son buenas para leer a la gente, conducir y entender sus propios sentimientos, e interactuar con los demás. Estas son cuatro de las áreas más importantes donde la inteligencia emocional puede ayudarte:

. Estabilidad. Si quieres dirigir un equipo de empleados o gestionar una comunidad de seguidores, debes permanecer emocionalmente estable, incluso en tiempos de crisis. La inteligencia emocional te ayuda a controlar la ira, el pánico y la desesperación, pero sobre todo a mantener la calma, sin importa lo que pase.

. Ventas y servicio. Comprender lo que la gente siente, el por qué lo siente y lo que quiere o necesita, es esencial si quieres vender productos y servicios que las personas realmente quieran obtener. También puede ayudarte a cerrar proyectos una vez que ganes impulso.

. Motivación. Ser capaz de relacionarse con los empleados y entender sus sentimientos, aumenta el autoestima y motiva a los trabajadores a tener más éxito en su entorno.

. Mediación y negociación. La inteligencia emocional también te ayuda a resolver los conflictos entre empleados y socios, eso te da una ventaja cuando intentas negociar.

Signos de la inteligencia emocional

¿Cómo puedes saber si tienes inteligencia emocional? Busca en ti los siguientes signos:

1. Eres capaz de hablar acerca de tus experiencias emocionales

Cuando somos pequeños nos enseñan los conceptos básicos del vocabulario emocional con palabras como: feliz, triste, tonto y hasta loco. Pero, ¿qué tan expresivo eres al momento de describir tus experiencias emocionales más complejas? Un vocabulario expresivo y preciso es un signo de que eres lo suficientemente introspectivo para poder entender tus emociones y la manera en que estas funcionan en general.

Por ejemplo, podrías describir algo como "nostálgico" en lugar de "un poco triste", o sentir "irritabilidad relacionada con el estrés" en lugar de "ira".

2. Puedes identificar de forma fácil las fortalezas y debilidades (incluidas las  tuyas)

Los jefes con inteligencia emocional son capaces de descubrir de manera rápida las fortalezas y debilidades de sus empleados, y no tienen miedo de admitir las suyas. Todo el mundo es bueno para hacer cosas diferentes y todos tienen deficiencias personales.

Ver las cosas desde afuera es una muestra de que prestas atención a la forma en que las personas interactúan, y de que tienes la capacidad de ver lo malo y lo bueno en ellas.

3. Has sido un buen juez del comportamiento

Piensa en personas con las que te hayas relacionado en el pasado, ya sean ex miembros de algún equipo o tus amigos más cercanos. Cuando tuviste un "buen presentimiento" acerca de alguien, ¿cómo resultó tu relación con esa persona?

Las primeras impresiones pueden ser engañosas, pero si durante tu vida has sabido elegir a personas confiables y positivas para tenerlas cerca, es probable que poseas una gran capacidad para percibir el carácter de las personas.

4. La gente te pide consejos o apoyo

¿Con qué frecuencia las personas que se enfrentan a un problema difícil acuden a ti para pedirte algún consejo? ¿o cuántas te piden tu apoyo cuando están pasando por un momento difícil? Si muchas personas lo hacen, eso significa que confían en que no las juzgarás y que es probable que les des un punto de vista valioso.

En otras palabras, es una señal de que eres una persona con inteligencia emocional y que otras personas pueden verlo.

5. Puedes dejar que las cosas pasen

Todos los líderes experimentan momentos de frustración, irritación e ira, pero ¿qué tan rápido pueden dejar ir estas situaciones? ¿eres el tipo de persona que guarda rencor, o eres de los que perdona y olvida? ¿tus errores te persiguen o intentas trabajar en ellos tan pronto como sea posible?

Las personas con inteligencia emocional son capaces de controlar sus reacciones y dejar que las cosas fluyan con cierta facilidad.

6. Por lo general, sabes cómo se sienten los demás

¿Percibes cuando tu empleado está estresado, o si no está actuando normal? ¿te das cuenta cuando tus amigos actúan de manera extraña, incluso si sólo es un poco diferente de su comportamiento habitual?

Las personas con inteligencia emocional notan estas diferencias de manera consistente.

7. Aceptas otras creencias, formas de trabajo y perspectivas

No existe una manera de actuar, ni de pensar ni de trabajar, si no docenas. ¿Eres una persona abierta a las posibilidades o intentas cambiar a todos a tu manera?

No te preocupes si no demuestras esas cosas. Algunas personas tienen mayor inteligencia emocional que otras, pero esto es una habilidad y una conciencia que puede desarrollarse con el tiempo. Comienza por prestar más atención a los pensamientos, sentimientos y comportamientos de las personas que te rodean, y anímate a hablar con extraños.

Cuanto más te enfoques en los deseos, las necesidades y las perspectivas de las otras personas, más aprenderás sobre la condición humana, y te convertirás en un mejor líder.

Fuente del Artículo:www.entrepreneur.com



domingo, 30 de agosto de 2020

No permitas que lo "urgente" sobrepase a lo "importante"

 

La diferencia entre ambas es la clave para administrar mejor tu tiempo y es vital para hacer crecer tu negocio.

No permitas que lo "urgente" sobrepase a lo "importante"

Por:Doug And Polly White

Hace poco, nuestra consultoría tenía agendado empezar a hacer trabajo estratégico con un nuevo cliente. Pero, una noche antes de nuestra sesión, el cliente nos escribió pidiéndonos posponer la reunión hasta la siguiente semana. Había surgido algo de último minuto y le era imposible no atenderlo.

Pudimos acomodar su petición, pero le sugerimos que recorriéramos la reunión solamente unas horas, no días. Le advertimos que no permitiera que lo urgente sobrepasara a lo importante, un concepto que Stephen Covey popularizó con su Matriz de Administración del Tiempo (Time Management Matrix).

Ya habíamos escrito anteriormente sobre lo urgente contra lo importante relacionándolo a la toma de decisiones, pero quisimos retomar el tema porque afecta las prioridades y la administración del tiempo. La diferencia entre los dos conceptos es clave para mejorar la administración del tiempo y vital para hacer crecer un negocio.

Primero, necesitamos definir los dos conceptos. Algo “urgente” es una tarea que necesita atención inmediata, algo que demanda tu atención. Las tareas “importantes” son las que, una vez realizadas, le agregarán valor a tu organización. Éstas son las tareas que te hacen avanzar. Las tareas pueden ser una o la otra, o ninguna de las dos. Veamos cada una en detalle:

Ni urgente ni importante

Algunas tareas no son ni urgentes ni importantes. Son el tipo de cosas que te quitan tiempo pero no agregan valor a nuestras organizaciones ni a nuestra vida personal y nadie nos está rogando que las hagamos.

Sin embargo, la mayoría de nosotros pasamos por lo menos una parte del día en estas actividades que desperdician tu tiempo como navegando en redes sociales, leyendo artículos que no nos sirven para nada o jugando o en aplicaciones que nos distraen de otras actividades más valiosas.

Según Statista, los estadounidenses pasan alrededor de una hora al día jugando videojuegos, y Telegraph reporta que navegar en tus redes sociales te puede tomar hasta 2 horas de cada día. Obviamente, si pasas tu precioso tiempo en cosas que no son ni urgentes ni importantes, es momento de parar. Borra esa aplicación de tu teléfono. Reduce tu tiempo en redes sociales a unos minutos al día después de trabajar. De verdad creemos que no extrañarás esas distracciones.

Lo urgente

Las tareas “urgentes” son esas que ruegan tu atención, pero no necesariamente añaden valor. Llamadas, correos, mensajes, empleados que te hacen las mismas preguntas o reuniones que no producen resultados. Por lo general creemos que tenemos que solucionar estas cosas, despejar la agenda para continuar hacia algo más importante. Esta es justamente la estrategia equivocada. Siempre aborda primero las tareas importantes y llega a lo urgente, que no es importante, al final. Es fácil perder el tiempo en tareas que no son importantes.

Lo urgente e importante

Muchas tareas caen en la categoría de “urgente e importante”. Recuerda, éstas son las cosas que necesitan tu atención inmediata y que sí le agregan valor a tu compañía. Esto incluye problemas relacionados con tus clientes, quejas y asuntos financieros, bancarios y legales.

Muchas personas reconocen estas tareas como importantes y actúan de acuerdo a ello. Para asegurarte de que hagas tus tareas urgentes e importantes cada día, asegúrate de tener una lista de pendientes. Revisa los puntos en la lista y coloca una estrella en las 3 tareas más críticas. Realiza esas primero. Una vez que las completes, coloca estrellas junto a las siguientes 3 más importantes y realízalas. Si haces esto te asegurarás de enfocarte en las cosas que requieren tu atención y que son más importantes de terminar.

Lo importante

Esta categoría es la menos atendida en esta matriz de importante pero no urgente. Las tareas importantes incluyen el desarrollo de tus empleados o de ti mismo para mejorar tus habilidades, documentar y mejorar procesos y sistemas, desarrollar métricas, mejorar métodos de investigación, organizar y planear. Aunque todas estas acciones pueden mejorarte a ti y a tu compañía, no son urgentes.

Nadie te está pidiendo a gritos que documentes tus procesos. Sin embargo, si lo haces, tendrás una herramienta de entrenamiento para tus empleados y un camino hacia mejorar la calidad de lo que haces. Como decimos, el primer paso hacia mejorar la calidad es documentar el proceso. Ser más organizado le puede añadir horas productivas a tu semana y desarrollar métricas te puede alertar de problemas antes de que se salgan de control.

Las tareas “importantes” son críticas para el éxito de una compañía, pero son fáciles de posponer porque no hay urgencia de completarlas. Para asegurarte de no caer en esta trampa, asígnale una tarea importante a cada persona con una fecha de entrega.

Es muy fácil dejar que lo urgente sobrepase a lo importante. Sin embargo, si puedes priorizar tu tiempo y encargarte de esas tareas que son tanto urgentes como importantes y logras acomodar algo de tiempo y recursos para enfrentar esas cosas importantes, pero no urgentes, crearás una organización mucho más exitosa.

Fuente del Artículo:https://www.entrepreneur.com


¿Eres un procrastinador crónico? Estas actitudes te delatan

 


Ser esclavo de las distracciones y los malos hábitos nos impiden concluir nuestras tareas diarias. Averigua si tienes estas actitudes y elimínalas ya.


por: Doug An9d Polly White

Todas las personas postergan cosas de vez en cuando. La psicología de hoy en día ha declarado que un 20% de las personas son procrastinadores crónicos, lo que resulta alarmante.  Peor aún, con la ola de distracciones que surge a diario, el porcentaje de personas que sufren de este grave problema va en aumento.

Esto se ha convertido en un problema. No obstante, como empresarios, entendemos el reto que implica tratar de encontrar el tiempo para lograr que todo el trabajo se termine. Pero, si perdemos tiempo en tareas insignificantes para evitar el trabajo y las responsabilidades importantes, también se neceista encontrar la manera de romper con estos hábitos que nos impiden obtener el éxito deseado.

Cambiar no es fácil para un procrastinador, comenzar es un desafío. Aquí están los motivos principales por los que  la gente tiende a postergar y algunos consejos y técnicas para solucionar el problema:

1. Te sientes abrumado

A veces, cuando te sientes consumido por el número de actividades en tu lista de pendientes, desertar resulta fácil. En particular esto puede ser cierto cuando te enfrentas a tareas complicadas. En lugar de enfocarte, lo dejas. Te dices a ti mismo que no tienes el tiempo necesario para trabajar en eso. Por lo tanto, tienes que esperar a que el *período que prolongaste termine. Sin embargo este tipo de lujo no se materializa.

Solución: divide la tarea en partes más pequeñas. Como dice el viejo refrán: "¿Cómo debe comerse un elefante? Una mordida a la vez". Divide las tareas grandes en partes más pequeñas,  que no tardes más de 15, 30 o 45 minutos en hacerlas. ¡Ponlas en tu lista de pendientes y comienza el banquete!

2. Has pasado por un mal momento

A menudo, la gente posterga sus actividades porque intenta trabajar contra los ritmos naturales de su cuerpo. Los ritmos circadianos regulan nuestros ciclos de sueño y de vigilia. Cuando estás cansado, es fácil jugar el papel de Scarlett O'Hara y dejar las cosas para otro momento. Después de todo, mañana será otro día.

Solución: trabaja en tu mejor momento. Determina tu hora pico. ¿Eres una persona madrugadora? ¿Te sientes más activo por la tarde? ¿Tienes un segundo aire después de la cena? Es muy importante programar y realizar las  tareas difíciles, complicadas o desagradables durante estas horas, de ese modo lograrás avanzar.

3. Odias tener tareas

Todo el mundo tiene que hacer tareas que detesta. Tal vez se trate de facturación, de hacer  llamadas de cobro a los clientes o de calcular un presupuesto. Sea cual sea la temida tarea, es muy fácil posponerla. El problema se agrava cuando te avergüenzas de tu dilatación. Eso sólo hace que la tarea sea más difícil de afrontar y que la postergación se convierta en una espiral negativa.

Solución: recompénsate. Combinar una tarea que no quieres hacer con una recompensa, puede ayudar. Una cucharada de azúcar hace que el mal sabor de boca se vaya. Promete dedicarle tiempo a ese libro que has estado deseando comenzar, o tomar esa copa de vino que tanto te gusta, o esa serie de Netflix que tanto quieres ver. Pero primero completa tu tarea.

4. Necesitas un mayor sentido de "urgencia"

¿Necesitas deadlines para iniciar una tarea? Algunas personas dicen que trabajan mejor cuando están bajo extrema presión. Aunque no hay un estudio para probarlo, esta creencia se hace más grande cada día. La gente quiere creer que funciona mejor bajo presión, por lo que se pone en estas situaciones, continuando con el ciclo de postergación. Si esperas hasta el último minuto para hacer las cosas,  esto se convertirá en un problema.

Solución: crear deadlines falsos. Si ajustas tu reloj cinco o diez minutos antes, estás utilizando deadlines falsos. Cada que miras tu reloj, y no son las 9:00 a.m., sino las 8:50 a.m.  Sé honesto. No te estás engañando a ti mismo en pensar que es más tarde de lo que realmente es. En lugar de eso, piensa que el tiempo incorrecto nos hace tratar de terminar a tiempo,  lo que  aumenta nuestra autoconciencia.

Puedes hacer lo mismo con los deadlines. Piensa que ese informe del viernes debe entregarse mañana en lugar del viernes por la tarde. Piensa que tienes sólo 30 minutos para completar la tarea.  Después, trabaja bajos estos nuevos plazos.

Una última solución: si nada de esto te funciona, recuerda cuando en otras ocasiones postergar te causó estrés, arrepentimiento, humillación y hasta cuando le costó dinero a tu negocio. Si estás postergando cualquier cosa, trata de imaginar esos resultados desagradables. Estas imágenes pueden ponerte en acción.

Aprender a dominar la procrastinación es una forma de autodisciplina. Al igual que otros cambios de comportamiento, no ocurre de inmediato. Tendrás contratiempos durante el intento. Sin embargo, si utilizas las técnicas enumeradas aquí arriba, puedes avanzar  en tu lista y comenzar un ciclo más positivo.

Fuente del Artículowww.entrepreneur.com

viernes, 31 de julio de 2020

10 claves para saber si tu vida se ha estancado


¿Te quejas más de lo que agradeces y el único lugar donde eres 'feliz' es en tus redes sociales?




  10 claves para saber si tu vida se ha estancadoEscrito originalmente para Cultura Colectiva

  Por Carolina Romero  

Lo que ves, ya no existe. La retina conserva por una décima de segundo la imagen de los objetos que se extinguen frente a tus ojos y es gracias a ello que podemos ver la vida con coherencia de movimiento y no como una serie de imágenes inconexas. Al menos así lo explica la teoría de la persistencia retiniana, la cual buscó la confirmación de su hipótesis a través del daedaleum. Un instrumento circular donde las imágenes inanimadas y separadas cobran vida gracias al movimiento.

Bajo esta misma lógica Èmile Reynaud creó el praxinoscopio en 1877, juguete que sorprendió a los parisinos. Más tarde, estos bosquejos de imágenes en movimiento devendrían en la invención del cine tal y como lo conocemos.

Como vemos, de manera inherente suponemos el cambio; el movimiento es parte de nuestras estructuras más básicas. Entonces, ¿por qué hay momentos de nuestra vida en los que nos estancamos?, ¿por qué sentimos que no vamos ni para atrás ni para adelante? ¿Porque nos percibimos tan inmóviles como un vegetal?

A veces somos los últimos en notar el detrimento personal: suponemos que todo va bien debido a la costumbre y adoptamos el sentirnos abatidos como un hábito. Aquí te presentamos algunas señales que podrían indicar que tu vida está estancada.

10. Todos están en otro momento, menos tú

Una reunión con tus amigos de toda la vida te lo demuestra; uno acaba de llegar de África, el segundo está esperando a su primer hijo, otro se metió a estudiar una maestría. ¿Y tú? No se trata de una competencia; sin embargo, comienzas a percatarte que todos los demás tienen algo asombroso que contar, pero cuando es tu turno de relatar tus últimas aventuras sólo respondes “pues lo de siempre, ya sabes”.

9. Hace mucho no conoces a alguien nuevo

¿Cuándo fue la última vez que conociste a alguien? No a una persona que puedes encontrarte de vez en vez y saludar con un gesto amable, sino a alguien con quien puedas hablar, salir, comer un helado, reír, charlar sobre aspectos más personales. Si tus amistades son las mismas de siempre, puede que estés estancándote y por lo tanto no sumas experiencias nuevas a tu vida.

8. Hay más quejas que agradecimientos

Ves un problema en cada solución: “¡Pff, qué día tan nublado!”, “¡Agg, hace mucho calor!”. Encuentras inconvenientes en absolutamente todo y nunca te sientes conforme ni agradecido con lo que tienes. Te cuesta trabajo levantarte por la mañana y sentirte afortunado por tener un día más de vida.

7. Sufres una apatía generalizada

No es pereza, no se trata de no haber dormido bien la noche anterior, simplemente no quieres hacer nada pues todo te da igual. A las invitaciones de tus amigos para salir los viernes por la noche respondes “no, gracias, tengo planes”, aunque sea mentira. Buscas la soledad y te sientes permanentemente sin ánimos de nada.

6. Sigues hablando de tu ex

Tiene más de un año que salió de tu vida, aún así no hay ni un sólo miembro de tu círculo social que no sepa su historia. Siempre lo mencionas, una y otra vez; pero no te das cuenta de que pese al tiempo transcurrido, sigues anclado emocionalmente.

5. El único lugar donde eres “feliz” es en tus redes sociales

Aunque tienes un presentimiento de que algo no va bien, te niegas a aceptarlo y procuras darle al mundo una cara determinada para que vean lo bien que la pasas. Por eso intentas subir cientos de fotos a tus redes sociales, aparentando una vida relajada y novedosa, pero por dentro te abruma el hastío de vivir todos los días exactamente lo mismo.

4. No controlas los excesos

El aburrimiento y el hastío te llevan a hacer cosas sin mucho sentido, por ejemplo como comenzar a comprar muchas cosas, comer compulsivamente, beber o fumar más de lo habitual. Todo para intentar llenar ese vacío, pero a la larga eso comienza a ser más perjudicial.

3. Reconoces que lo que hoy te aqueja, también lo hacía hace unos meses

Cuando te detienes un momento a examinar qué es lo que te aflige, te das cuenta que ya conoces este sentimiento: lo has vivido meses atrás. Con tristeza miras como en lugar de superarlo, lo sigues sufriendo todos los días.

2. Tiene meses que no te emociona comenzar algo nuevo

Aunque pretendes culpar al tiempo, a tu situación económica o a cualquier otra cosa, sabes que ha sido por tu falta interés que hace meses —o años— no pisas un teatro, no abres un libro nuevo, no planeas un viaje ni te inscribes a algún curso.

1. Evitas pensar en el futuro

El futuro no entra en tus planes y no es que no te preocupe, sino que simplemente no te interesa saber nada de él. Tu estado actual, lleno de apatía y cansancio, te vuelve imposible que pienses en un futuro distinto.

Mira a tu alrededor e imagina cómo sería tu vida si todo permaneciera estático. La existencia misma sería imposible: las cosas no podrían nacer, crecer, ni morir. El mundo sería completamente diferente a lo que es, vuelve a moverte junto a él.