miércoles, 26 de febrero de 2020

¿Cómo lidiar con gente tóxica en el trabajo?


Gente Tóxica

Por:Raciel Sosa
Las personas tóxicas suelen ser competentes e inteligentes, pero que cuentan con la capacidad de articular un discurso negativo.

La primera característica de una persona tóxica es que tiene una mala relación consigo misma. Normalmente, se trata de personas que tienen una serie de conflictos internos que las están viciando, y que las llevan a vivir una tormenta en su interior. Y, por ende, tienen una gran capacidad de influir de forma negativa en el ambiente laboral. Tienen una manera negativa de ver las cosas, sienten que todo está mal, a cada solución le encuentran un problema, se quejan mucho y acaban por contaminar a otros; terminan por influir negativamente en el ánimo de las personas que las rodean.

¿Qué es lo que detona a la gente tóxica?

Lo que detona es un estimulo. Todos los días enfrentamos diferentes situaciones y estamos propensos a tener estímulos.., el tráfico, un cambio de lugar en el trabajo, cambios en el equipo, etc. Frente a ello, las personas tóxicas tienen la capacidad de encontrar en cada estimulo un aspecto negativo. A pesar de que hay contextos que para todos pueden resultar negativos, lo cierto es que existen otros que pueden ser neutrales o, inclusive, positivos, y estas personas le ven el lado negativo a todo y se encargan de difundirlo, “ensuciando” la mente de todos los que están a su alrededor. Cualquier estimulo lo califican como una catástrofe, encuentran siempre ese pequeño ángulo que puede ser visto como la contraparte, tienen gran facilidad para encontrar el lado b de cualquier iniciativa. Y lo cierto es que normalmente suelen ser personas competentes e inteligentes pero que cuentan con la capacidad de articular un discurso negativo con facilidad y de encontrar probabilidades negativas, aunque éstas sean bajas.
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¿Cuáles son las implicaciones?

La primera es que estas personas normalmente influyen negativamente en el ánimo de la organización, es decir lo que se conoce como clima organizacional. El clima no es más que el estado de ánimo de una empresa, de un grupo de personas, por lo que estas personas son como esas “nubes oscuras” que tapan el sol y que hacen que caiga una tormenta dentro del estado de ánimo de la gente de su entorno. Esto hace que el área de trabajo se convierta en un lugar poco amable, poco agradable; un lugar donde la gente no quiere estar y busca, inclusive, un traslado o un cambio de compañía.
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Pero, ¿qué puede hacer un líder desde “su cancha” frente a un colaborador tóxico?

  1. Identificar que no es una percepción sino que, en realidad, se trata de una persona que intoxica el ambiente.
  2. No confundir el tema del resultado con el de la calidad de la relación. Es muy común que haya personas tóxicas que dan buenos resultados; la toxicidad es un tumor de la relación.
  3. Crear métricos relacionales dentro de la organización;  es decir, así como hay métricos para dar resultados también debe de haber métricos para medir las relaciones, para medir el clima organizacional de la empresa; y cuando medimos el clima organizacional de un área nos damos cuenta que existe una recurrente situación de incomodidad, empezamos a ver que la gente renuncia, que pide un cambio de área, .. y eso se da, justamente, por cuestiones relacionales. Hasta que no lo midamos, no lo podemos controlar
  4.  La intervención; es decir, una vez se detecta que existe un problema de clima organizacional y toxicidad dentro del ambiente laboral y hay una persona que lo genera, hay que buscar alternativas de solución. Algunas son relativamente sencillas porque la primera es hacer consciente a la persona de lo que genera y eso a veces con un proceso de retroalimentación y una evaluación de 360 grados lo podemos resolver. Pero hay casos donde se requiere un coaching, que consiste en que un profesional de la conducta de los seres humanos le dé una guía, tenga charlas con esa persona, para hacerle ver sus lados ciegos. Y, en casos extremos, puede ser un tema medico, ligado a padecimientos químicos, que es lo que le provocan estados de ánimo muy cambiantes y extremos.
Las estadísticas señalan que al menos entre el 10% y 15% de la plantilla de una empresa es gente tóxica.
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La toxicidad es un virus que se va contagiando dentro de una organización hasta convertirla en tóxica. Ya no se trata de una persona nada más, sino que son muchas las personas que están bajo ese estado de ánimo, malhumorados, enojadas con la empresa, enojados con el de al lado, con el cliente, con el proveedor…
En conclusión, el impacto negativo de tener gente tóxica en la organización es muy grande. Inclusive, cabe mencionar que, a veces, la persona tóxica es el Líder del equipo, lo cual es aún más grave, ya que, además de ser tóxico, tiene autoridad. 
Fuente del Artículo:altonivel.com.mx
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El valor de la imagen: Liderazgo y clima laboral


Por: J. Luis Rojas
En el entorno competitivo actual, el desempeño sostenible de las empresas, las instituciones y las marcas ya no depende tanto de la cantidad de sus activos tangibles: estructura física, maquinarias, equipos tecnológicos, dinero, materia prima, entre otros. En este contexto, los intangibles también juegan un rol preponderante en la productividad, en la competitividad y en el buen clima laboral. Por ejemplo, el liderazgo sano es un intangible que permite motivar, influenciar y transformar positivamente. El ejercicio sano y transversal del liderazgo, ayuda a consolidar la reputación, la credibilidad, la confianza y el capital relacional.
Se ha comprobado que una de las condiciones básicas para crear y mantener climas laborales sanos sostenibles e innovadores, es cuando el liderazgo, dentro y fuera de las organizaciones, es ejercido por personas con suficiente nivel de inteligencia emocional, espiritual, social y cognitiva. Ceder el liderazgo directivo, ejecutivo y gerencial a personas que padecen el síndrome SAPO: soberbia, arrogancia, prepotencia y obstinación, es una decisión muy parecida a la de poner el guía de una jeepeta Lamborghini 2020 en manos de un conductor de “guagua voladora”.
Los climas laborales se convierten en lugares tóxicos e improductivos, cada vez que el liderazgo es ejercido por megalómanos. La confianza, la motivación y la capacidad creativa de las personas se afectan en los climas laborales liderados por personas carentes de empatía, incrédulas y poseedoras de un ego trastornado. En pocas palabras, el liderazgo transformador, a diferencia del transaccional, facilita el cambio de las personas en todas sus dimensiones y contextos. Los logros alcanzados en un ambiente de miedo, de control extremo, de incentivos materiales y de falsas promesas, no provocan la satisfacción esperada entre los ejecutores de los mismos. Las empresas, instituciones y marcas que más creen en su estrategia de sostenibilidad, por lo general son las mismas que suelen invertir tiempo, energía y dinero en fomentar el liderazgo sano y trasformador entre su talento humano, sin importar su nivel jerárquico. El liderazgo es un capital intangible transversal, el cual puede crear y mantener climas laborales productivos, competitivos, innovadores e inclusivos. El liderazgo sustentado en la autoridad irracional y en el abuso de poder, solo consigue establecer climas laborales autoritarios, cuyos efectos enferman y matan física y emocionalmente a las personas.

Fuente del Artículo:hoy.com.do