Por: J. Luis Rojas
En el entorno competitivo actual, el desempeño sostenible de las empresas, las instituciones y las marcas ya no depende tanto de la cantidad de sus activos tangibles: estructura física, maquinarias, equipos tecnológicos, dinero, materia prima, entre otros. En este contexto, los intangibles también juegan un rol preponderante en la productividad, en la competitividad y en el buen clima laboral. Por ejemplo, el liderazgo sano es un intangible que permite motivar, influenciar y transformar positivamente. El ejercicio sano y transversal del liderazgo, ayuda a consolidar la reputación, la credibilidad, la confianza y el capital relacional.
Se ha comprobado que una de las condiciones básicas para crear y mantener climas laborales sanos sostenibles e innovadores, es cuando el liderazgo, dentro y fuera de las organizaciones, es ejercido por personas con suficiente nivel de inteligencia emocional, espiritual, social y cognitiva. Ceder el liderazgo directivo, ejecutivo y gerencial a personas que padecen el síndrome SAPO: soberbia, arrogancia, prepotencia y obstinación, es una decisión muy parecida a la de poner el guía de una jeepeta Lamborghini 2020 en manos de un conductor de “guagua voladora”.
Los climas laborales se convierten en lugares tóxicos e improductivos, cada vez que el liderazgo es ejercido por megalómanos. La confianza, la motivación y la capacidad creativa de las personas se afectan en los climas laborales liderados por personas carentes de empatía, incrédulas y poseedoras de un ego trastornado. En pocas palabras, el liderazgo transformador, a diferencia del transaccional, facilita el cambio de las personas en todas sus dimensiones y contextos. Los logros alcanzados en un ambiente de miedo, de control extremo, de incentivos materiales y de falsas promesas, no provocan la satisfacción esperada entre los ejecutores de los mismos. Las empresas, instituciones y marcas que más creen en su estrategia de sostenibilidad, por lo general son las mismas que suelen invertir tiempo, energía y dinero en fomentar el liderazgo sano y trasformador entre su talento humano, sin importar su nivel jerárquico. El liderazgo es un capital intangible transversal, el cual puede crear y mantener climas laborales productivos, competitivos, innovadores e inclusivos. El liderazgo sustentado en la autoridad irracional y en el abuso de poder, solo consigue establecer climas laborales autoritarios, cuyos efectos enferman y matan física y emocionalmente a las personas.
Fuente del Artículo:hoy.com.do
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