Una persona tóxica tiene una mala relación consigo misma, y, por ende, termina por influir negativamente en el ánimo de las personas que la
rodean.
Foto: Roberto Tumini/Unsplash
Por Raciel Sosa*
Las personas tóxicas tienen una gran capacidad de influir de forma negativa en el ambiente laboral. Tienen una manera negativa de ver las cosas, sienten que todo está mal, a cada solución le encuentran un problema, se quejan mucho y acaban por contaminar a otros.
¿Qué es lo que detona a la gente tóxica?
Lo que detona es un estimulo. Todos los días enfrentamos diferentes situaciones y estamos propensos a tener estímulos.., el tráfico, un cambio de lugar en el trabajo, cambios en el equipo, etc. Frente a ello, las personas tóxicas tienen la capacidad de encontrar en cada estimulo un aspecto negativo. A pesar de que hay contextos que para todos pueden resultar negativos, lo cierto es que existen otros que pueden ser neutrales o, inclusive, positivos, y estas personas le ven el lado negativo a todo y se encargan de difundirlo, “ensuciando” la mente de todos los que están a su alrededor. Y lo cierto es que normalmente suelen ser personas competentes e inteligentes pero que cuentan con la capacidad de articular un discurso negativo con facilidad y de encontrar probabilidades negativas, aunque éstas sean bajas.
La primera implicación es que estas personas normalmente influyen negativamente en el ánimo de la organización, es decir lo que se conoce como clima organizacional. El clima no es más que el estado de ánimo de una empresa, de un grupo de personas.
Pero, ¿qué puede hacer un líder desde “su cancha” frente a un colaborador tóxico?
Identificar que no es una percepción sino que, en realidad, se trata de una persona que intoxica el ambiente.
No confundir el tema del resultado con el de la calidad de la relación. Es muy común que haya personas tóxicas que dan buenos resultados; la toxicidad es un tumor de la relación.
Crear métricos relacionales dentro de la organización; es decir, así como hay métricos para dar resultados también debe de haber métricos para medir las relaciones, para medir el clima organizacional de la empresa.
La intervención; es decir, una vez se detecta que existe un problema de clima organizacional y toxicidad dentro del ambiente laboral y hay una persona que lo genera, hay que buscar alternativas de solución. Algunas son relativamente sencillas porque la primera es hacer consciente a la persona de lo que genera y eso a veces con un proceso de retroalimentación y una evaluación de 360 grados lo podemos resolver. Pero hay casos donde se requiere un coaching, que consiste en que un profesional de la conducta de los seres humanos le dé una guía, tenga charlas con esa persona, para hacerle ver sus lados ciegos. Y, en casos extremos, puede ser un tema medico, ligado a padecimientos químicos, que es lo que le provocan estados de ánimo muy cambiantes y extremos.
Las estadísticas señalan que al menos entre el 10% y 15% de la plantilla de una empres es gente tóxica.
La toxicidad es un virus que se va contagiando dentro de una organización hasta convertirla en tóxica. Ya no se trata de una persona nada más, sino que son muchas las personas que están bajo ese estado de ánimo, malhumorados, enojados con la empresa, enojados con el de al lado, con el cliente, con el proveedor …
En conclusión, el impacto negativo de tener gente tóxica en la organización es muy grande. Inclusive, cabe mencionar que, a veces, la persona tóxica es el Líder del equipo, lo cual es aún más grave, ya que además de ser tóxico tiene autoridad.
Fuente del Articulo:https://www.forbes.com.mx
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