Llevar una conversación madura y respetuosa sin perder el
foco en nuestros intereses es complicado pero existen algunas técnicas o trucos
que permiten salir de algunas situaciones donde mantener la calma puede ser
complicado. Hay que evitar la pasividad y la agresividad.
Seguramente reconocerán algunas de ellas pues pueden surgir
de manera espontánea cuando intentamos defendernos manteniendo la calma y el
tipo.Rendición simulada: consiste en mostrarnos de acuerdo con los argumentos del interlocutor pero sin cambiar la postura. Puede parecer que cedemos pero solo cogemos impulso. Es útil en negociaciones de todo tipo. Ejemplo: “Entiendo lo que dices y puede que tengas razón pero deberíamos buscar otros enfoques”.
Ironía asertiva: ante una crítica agresiva o fuera de
tono no debemos igualar el nuestro al del emisor. En su lugar podemos buscar
maneras de responder sin dejar nuestra postura calmada. Puede ser una salida
asertiva a un conflicto en el que simplemente no queremos vernos involucrados.
Ejemplo: “hombre, muchas gracias”.
Movimientos en la
niebla: tras
escuchar los argumentos de la otra persona podemos buscar la empatía
aceptándolos pero agregando lo que defendemos. Es parecido a la rendición
simulada pero sin ceder terreno. Ejemplo: “Entiendo lo que dices pero así viene
estipulado en el convenio”.Pregunta asertiva: en ocasiones es necesario iniciar una crítica para lograr la información que queremos obtener para luego utilizar la respuesta en nuestra argumentación. Ejemplo “dice que no le convence el producto pero ¿qué es lo que no le gusta exactamente?”
Acuerdo asertivo: en ocasiones tenemos que admitir los errores pues hacer lo contrario solo empeoraría las cosas. En este caso se puede procurar alejar ese error de nuestra personalidad. Ejemplo: “si, empecé la reunión algo tarde pero suelo ser bastante puntual”.
Ignorar: al igual que la ironía asertiva, es
una herramienta a utilizar en caso de interlocutores “violentos” o alterados.
En este caso se procura retrasar la conversación para otro momento donde ambos
estén en buena predisposición para el diálogo. Ejemplo: “creo que ahora estás
un poco alterado. Lo mejor es que te tranquilices y hablemos cuando estés
calmado”.
Romper el proceso de diálogo: cuando se quiere cortar una
conversación se puede utilizar la comunicación breve para mostrar desacuerdo,
desinterés, etc… Como se suele decir: “a buen entendedor pocas palabras
bastan”. La utilidad de esto radica en esos momentos en los que tenemos
prioridades distintas y queremos expresar que no es el mejor momento para la
conversación. Ejemplo: “no pinta mal”, “si”, “quizás”, “si no te importa
hablamos luego”.
Disco rayado: no tiene por qué significar que
tengamos que repetir la misma frase, lo cual es de poca educación. Me refiero a
repetir nuestro argumento tranquilamente y sin dejarnos despistar por asuntos
poco relevantes. Ejemplo: “si, pero lo que yo digo es…”, “entiendo, pero creo
que lo que necesitamos es…”, “la idea está bien pero yo pienso que…”
Manteniendo espacios: cuando uno da la mano no es raro que
te cojan el brazo. En estos casos hay que delimitar muy claramente hasta dónde
llega un punto negociado. Ejemplo: “sí, puedes utilizar la sala de reuniones
pero para coger el proyector primero debes hablarlo con administración”.
Aplazamiento: en una reunión es buena idea llevar
un papel o cuaderno donde tomar notas. En este caso podremos anotar consultas o
críticas para abordarlas en otro momento y así no alejarnos del objetivo del
momento. Ejemplo “tomo nota para hablarlo en la próxima reunión”.
Para muchas personas es cuestión de aplicar el sentido común
pero otras deben esforzarse en aplicar estar técnicas dadas las dificultades
que se plantean en una negociación o simplemente en el día a día de un puesto
de responsabilidad donde los problemas se presentan constantemente.
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