domingo, 27 de diciembre de 2015

Renunciar para ser felices


La insatisfacción permanente acaba alejándonos de las metas que enriquecen la vida. Tomar decisiones es un primer paso en el camino hacia el disfrute

Renunciar para ser felices

 por :ALBERTO SOLER
Si observamos a nuestro alrededor nos daremos cuenta de la gran diversidad de personas que nos rodean. Gente muy distinta a nosotros con sus propias prioridades, valores, ilusiones y miedos. Aunque son muchas las cosas que nos separan de ellos, una nos une de un modo singular: el deseo de ser felices. Pero esa dicha en ocasiones nos puede resultar un tanto esquiva. Seguimos sin saber qué nos acerca o nos aleja de ella, por lo que acabamos confundidos, empleando grandes cantidades de energía en cuestiones que poco aportan a nuestro bienestar.
Tendemos a asociar la conquista de ciertas aspiraciones con la felicidad: “Seré feliz cuando cambie de trabajo”, o “cuando consiga una pareja, o “si logro el divorcio”, o “cuando compre mi propia casa”. Aunque lo vivimos con naturalidad, cuando alcanzamos alguna de estas ansiadas metas, paradójicamente nos damos cuenta de que la felicidad no ha llegado. Sentimos satisfacción por el logro, sí, pero esta se desvanece con frustrante velocidad.
De este modo van pasando los días y los años, y no alcanzamos a comprender que vivimos como ratones en la rueda. Corriendo mucho, pero sin llegar a ningún sitio. Porque nada más terminar ya nos hemos marcado la siguiente meta, sin parar un segundo a disfrutar aquello que tanto nos costó lograr. Nunca estamos satisfechos, somos incapaces de renunciar a nada. Y ello nos hace infelices. En la novela 13,99 euros, de Frédéric Beigbeder, el protagonista, Octave, publicista, lo expresa así: “Siempre me las apaño para que os sintáis frustrados (…) Os drogo con novedad, y la ventaja de lo nuevo es que nunca lo es durante mucho tiempo. Siempre hay una nueva novedad para lograr que la anterior envejezca (…) En mi profesión, nadie desea vuestra felicidad, porque la gente feliz no consume”.
¿Y si hemos estado equivocados todo este tiempo? ¿Y si la felicidad no reside tanto en lograr ciertas aspiraciones como en sentir satisfacción por lo que ya hemos logrado? El sentirnos felices o desdichados está muy relacionado con la manera en que percibimos nuestra situación actual, esto es, con lo satisfechos que nos sintamos respecto a lo que poseemos en el momento presente. En una sociedad en la que predominan valores como la ambición, la generación de necesidades y un inconformismo patológico, esto es un objetivo muy difícil de lograr.
La filosofía budista sostiene que la felicidad está determinada más por el estado mental que por los acontecimientos externos. Circunstancias tan extremas como sufrir una grave enfermedad o ganar la lotería pueden provocar que nos sintamos más contentos o deprimidos a corto plazo, pero no suelen provocar efectos duraderos en nuestro estado de ánimo. Este tiende a volver a su nivel previo al cabo de un tiempo, tras un periodo de adaptación a la nueva realidad. Con demasiada frecuencia confundimos esa satisfacción o placer temporal con la felicidad, la cual es en realidad un estado mental consecuencia de cómo nos enfrentamos a la vida. Por ello vivimos enganchados al logro y nos volvemos adictos a las emociones efímeras.
Un camino para acercarnos a la tan ansiada felicidad reside en conseguir un buen equilibrio entre nuestras aspiraciones, basadas en una legítima ambición por mejorar nuestras condiciones de vida, y la capacidad de disfrutar y conformarnos con lo que tenemos. Es más que probable que la mera lectura de la palabra “conformarnos” haya disparado una especie de señal de alarma en el lector. Es normal, estamos programados para ello. Evitar el conformismo es un mecanismo de protección que nos permite seguir progresando, pero que puede terminar volviéndose en nuestra contra. La ambición por avanzar hace que la sociedad prospere y que la humanidad siga su curso: sin ese impulso para mejorar seguiríamos viviendo en las cavernas a merced de los elementos. El problema es que nos falta capacidad para apreciar lo que tenemos por miedo a quedarnos estancados. Vivimos siempre pendientes de lo que nos falta, muchas veces sin valorar lo que hemos logrado. Hemos acabado superando las aspiraciones naturales por crecer y prosperar para desembocar en una suerte de avaricia vital. Nunca estamos satisfechos, siempre queremos más, de lo que sea, porque más es siempre mejor: un coche más rápido, una casa más grande, un teléfono más inteligente y una escuela más cara para nuestros hijos. Pero como hemos dicho, esta nueva forma de avaricia vital no nos proporciona la felicidad, sino más bien una breve satisfacción puntual. Valorar lo que tenemos y conformarnos de un modo saludable con ello es el antídoto contra esta rueda infinita por el siempre más.La filosofía budista sostiene que la felicidad está determinada más por el estado mental que por los acontecimientos externos. Circunstancias tan extremas como sufrir una grave enfermedad o ganar la lotería pueden provocar que nos sintamos más contentos o deprimidos a corto plazo, pero no suelen provocar efectos duraderos en nuestro estado de ánimo. Este tiende a volver a su nivel previo al cabo de un tiempo, tras un periodo de adaptación a la nueva realidad. Con demasiada frecuencia confundimos esa satisfacción o placer temporal con la felicidad, la cual es en realidad un estado mental consecuencia de cómo nos enfrentamos a la vida. Por ello vivimos enganchados al logro y nos volvemos adictos a las emociones efímeras.
Constantemente somos bombardeados con la idea de que podemos tenerlo todo y no debemos sacrificar nada. Pero esto es, como poco, una quimera: ponerse metas poco realistas o querer llegar a todo es la receta perfecta para lograr una constante sensación de insatisfacción. Si aprendemos a identificar las renuncias que hay tras nuestras decisiones y conseguimos aceptarlas, estaremos más cerca de vivir con mayor plenitud.
Pensemos, por ejemplo, en resoluciones como cambiar de puesto de trabajo, tener hijos o dejar la relación con nuestra pareja. Difíciles, ¿verdad? Cuando nos enfrentamos a una toma de decisiones que sentimos complicada, lo que verdaderamente nos está costando no es elegir una de esas opciones, sino olvidarnos del resto de ellas. Pero la vida es así, debemos aprender a renunciar para poder seguir avanzando. Y aspirar a tenerlo todo conduce a la infelicidad.
Muchas personas acuden frustradas a la consulta de psicólogos y psiquiatras porque sienten que son incapaces de lograr sus metas, y que por más que se esfuercen no consiguen sentirse satisfechos. Ello les produce ansiedad y un bajo estado anímico, e incluso puede dañar sus relaciones sociales. Tras analizar su situación no es difícil ayudarles a darse cuenta de que es imposible obtener de ese modo la felicidad, ya que esta la han condicionado a la consecución de ciertos objetivos que, habitualmente, son incompatibles. Resulta complicado poseer una casa de muchos metros cuadrados y contar con mucho tiempo libre. Es difícil pasar más horas con la familia y conseguir un ascenso en el trabajo. También cuesta sacar tiempo para leer más libros mientras atendemos nuestro muro de Facebook. Hay que elegir.
El camino para que nuestras decisiones nos hagan felices pasa, necesariamente, por aceptar las renuncias como parte del proceso. El día no tiene más horas. Debemos elegir en qué invertimos nuestro tiempo y esfuerzo. Y eso, nuevamente, implica sacrificios. Pero estos deben ser conscientes, decisiones tomadas con determinación y asumiendo sus consecuencias. Por el contrario, si simplemente seguimos avanzando pero imaginando con nostalgia aquello que nunca fue, seguiremos sin valorar aquello que sí tenemos y que con tanto esfuerzo hemos logrado. En ocasiones la mente tiende a idealizar los caminos que no hemos seguido, imaginamos un futuro perfecto en el que tomamos la decisión adecuada y en el que la vida nos sonríe. No nos engañemos. Ninguna realidad, por buena que sea, soporta la comparación con una utopía.
Podemos ponernos los más diversos objetivos en la vida, pero todos ellos tienen en común un paso ulterior, el más importante: lograr la felicidad. No lo olvidemos. La vida implica tomar gran cantidad de decisiones de manera constante. Pero si conseguimos desplazar la atención desde esas renuncias al objetivo final, que es obtener el bienestar, nos resultará más sencillo seguir avanzando.
Fuente del Artículo:elpais.com

sábado, 26 de diciembre de 2015

¿Por qué Finlandia está cambiando "el mejor sistema de educación del mundo"?

  • 3 diciembre 2015
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Alumnos en una escuela en Finlandia Image copyrightGETTY IMAGES
Image captionFinlandia quiere que sus alumnos piensen en forma "transdisciplinaria", que vean que un mismo problema genera preguntas de física, historia, matemáticas, biología o estadística.
Finlandia, conocida por contar con uno de los mejores sistemas educativos del mundo, prepara un cambio radical con el que espera mejorar la calidad de sus escuelas: la abolición de las distintas materias.
Y es que, a partir de 2016, todos los centros de enseñanza del país nórdico empezarán a aplicar un método nuevo conocido como phenomenon learning.
Bajo este sistema las clases tradicionales serán desplazadas por proyectos temáticos en los que los alumnos se apropiarán del proceso de aprendizaje.
"En la educación tradicional, los alumnos van a su salón y tienen clases de matemáticas, después de literatura y luego de ciencias", le dice a la BBC Marjo Kyllonen, gerente de educación de Helsinki.
"Ahora, en lugar de adquirir conocimientos aislados sobre diferentes materias, el papel de los estudiantes es activo. Ellos participan en el proceso de planificación, son investigadores y también evalúan el proceso", explica.
Según Kyllonen la razón es que la forma tradicional de educación, dividida entre diferentes materias, no está preparando a los niños para el futuro, "cuando necesitarán una capacidad de pensamiento transdisciplinaria, mirar a los mismos problemas desde distintas perspectivas y usando herramientas de distintos tamaños".

Una experiencia colaborativa

La capital finlandesa ha estado en la vanguardia del desarrollo de esta nueva metodología, en la que los alumnos pueden elegir un tema de su interés y planificar su desarrollo conjuntamente con sus profesores.
Alumno en una escuela en FinlandiaImage copyrightGETTY IMAGES
Image captionUn grupo de alumnos quiso investigar, por ejemplo, el fenómeno de los teléfonos inteligentes, y acabó aprendiendo sobre historia, literatura y física.
A modo de ejemplo de cómo funciona este método, Kyllonen le contó a la reportera de la BBC Sarah Montague el caso de unos niños de cuarto grado que decidieron con su profesor trabajar sobre el fenómeno de los teléfonos inteligentes.
"Dijeron que les gustaría saber sobre la historia del desarrollo de la telefonía", cuenta.
"Un tema que les servía para estudiar matemáticas, estadísticas, para saber por qué razones la gente usa los teléfonos, literatura, al indagar sobre cómo los mensajes de texto han cambiado la forma de escribir y así por el estilo".
"Era su idea, por lo que inmediatamente podían conectar con el tema", apunta.
El phenomenon learning se ha venido introduciendo en las escuelas del país de forma paulatina durante los últimos dos años, en los cuales todas las escuelas han estado obligadas a introducir un período durante el año escolar –usualmente de varias semanas– para desarrollar esta nueva forma de aprendizaje por experiencia.
En el caso de Helsinki, las escuelas han sido estimuladas para establecer dos periodos al año.

De profesor a coach

Alumnos en una escuela en Finlandia
Image captionPara enseñar a "alumnos investigadores", también los profesores deberán transformarse en mentores.
Los cambios en el sistema educativo en Finlandia también implican importantes cambios para los profesores, quienes ya no tendrán el control acostumbrado sobre sus cursos y deberán aprender a trabajar de forma colaborativa con sus alumnos y con otros docentes.
Su trabajo dejará de basarse tanto en clases magistrales y será más parecido al trabajo de un mentor o de un coachque al de un catedrático.
Hasta marzo de este año, ya 70% de los profesores de Helsinki habían sido entrenados en la aplicación del nuevo método.
"No creo que los profesores puedan simplemente sentarse atrás y ver lo que pasa. Creo que su papel es aún más importante que en el sistema tradicional, así que tienen que tener mucho cuidado en la manera cómo aplican este método", asegura Kyllonen.

¿Lecciones equivocadas?

Pero el nuevo método no es ajeno a las críticas. Sarah Montague conversó con Leo, un estudiante de una escuela de Helsinki sobre su experiencia con elphenomenon learning.
"Tiene sus ventajas y desventajas. Es algo distinto y los profesores pueden ponerse creativos y traer nuevas fórmulas de enseñar y de aprender y eso es divertido", dice.
Alumnos en una escuela en ChinaImage copyrightGETTY IMAGES
Image captionChina superó a Finlandia en las pruebas PISA, pero autoridades de educación de todo el mundo siguen mirando al país nórdico como una referencia.
"Pero a mí no me gustaría que dure todo el año, porque es estupendo tener cierta libertad creativa para aprender de cuando en cuando pero también existe la educación tradicional que también cumple una función", comenta el joven.
El profesor de la Universidad de Cambridge Tim Oates, por su parte, compartió su temor de que los países obtengan las lecciones equivocadas de la positiva experiencia finlandesa.
Oates señaló que el sistema educativo de Finlandia llegó a su mejor momento en el año 2000, cuando ese país destacó por tener los mejores resultados en el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes de la OCDE (conocido como PISA).
Pero que desde entonces ha venido descendiendo.
Y, según el experto, los funcionarios de educación de muchas partes del mundo fijaron sus ojos en cómo eran las escuelas de Finlandia en ese momento, caracterizadas por su amplia libertad y por el hecho de que los alumnos no necesitaban presentar exámenes cada año para pasar de grado.
Oates, sin embargo, advierte que las reformas que permitieron aquellos buenos resultados en el año 2000 se pusieron en marcha en la década de 1970, con elementos muy distintos como la toma de decisiones centralizada, la presencia de supervisores en cada salón de clase, grandes inversiones en la formación de los profesores y la aplicación de exámenes obligatorios para aprobar cada año.
Pero Finlandia parece dispuesta a seguir cambiando y aprendiendo.
Y muy probablemente muchos otros países van a querer aprender también de su proceso.
Fuente del Artículo:bbc.com

viernes, 25 de diciembre de 2015

Despídete de tu zona confort



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Son muchas las personas que se instalan y acomodan en su zona confort. Zona en la que se encuentran seguros, nos ahorra muchas preocupaciones por que todo lo controlan y nada se les escapa ya que la conocen de principio a fin. Esta zona puede ser tu casa, tu trabajo, tu afición, tu rutina, o simplemente toda tu vida. Hay una palabra que define a la zona confort, el conformismo. En resumen, es la zona de tu vida que vives prefiriendo algo diferente pero que mantienes por comodidad, por miedo al cambio, a perder. ¿Puedes ser feliz viviendo en esta zona? Sí, pero normalmente casi todos tenemos sueños y partes de la zona de confort que nos gustaría que fueran diferentes ya que la vivimos como aburrida, sin cosas interesantes o sorpresas.
Fuera de la zona de confort encontramos aspectos negativos: el peligro, el fracaso, el miedo, lo incierto. Pero también hay cosas buenas: lo inesperado, las oportunidades, las aventuras o las nuevas experiencias. Seguramente te ha pasado que un día te levantas y te das cuenta que para sentirte pleno, libre, saludable, tranquilo y feliz, necesitas cambiar, aprender algo nuevo, hacer algo que hasta ahora no has hecho. Sin embargo, el solo hecho de pensar en hacer algún cambio a tu vida te da pánico, Y es que nos sentimos tranquilos con lo que nos es familiar porque ya lo conocemos, por más aburrido, estresante, violento o desagradable que pueda ser. Tu zona de confort es una zona inconsciente para ti, la cual te dice: "No vayas, no te levantes, no pienses, no sientas, no luches, no te esfuerces". En dos palabras: "¡No cambies!". Y eso te obliga a mantenerte, o lo que es lo mismo, evitas enfrentar situaciones o hacer algo diferente. Si en tu vida hay algo que no te gusta, te aseguro que puedes mejorarlo, siempre y cuando cambies algo dentro de ti. Algunas personas lo ven muy amenazador, pero un cambio interno es tan sencillo como hacer algo diferente. Por ejemplo, cambiar un hábito o una actitud, pensar diferente, aprender algo nuevo, inscribirte a un curso, buscar especialista o ir a terapia.
Salir de la zona de confort te permite aprender cosas nuevas, ser creativo, innovarte, reinventarte una y otra vez y alcanzar tus sueños. Saliendo de esta zona consigues crecer y avanzar en tu desarrollo personal. No te engañes con excusas. Recuerda que un sueño sin acción es una simple fantasía y lo que todos merecemos es hacerlo realidad. Siempre volverte a caer será mejor opción que la incertidumbre de "qué hubiera pasado".
1- Pierde el miedo al fracaso. Un error es una repuesta a una acción. Fracaso es no intentarlo. Sal de tu zona confort y dirígete a la zona mágica donde está todo con lo que tanto sueñas. Es cierto que los obstáculos aparecen solos pero los límites los pones tú. Convéncete de que eres más fuertes que tus propios miedos.
2- Aprender a vivir con la incertidumbre y lo no controlable, es necesario para lograr disfrutar de la vida al cien por cien.
3- Apuesta por abrir nuevas puertas donde encontrarás nuevas experiencias, situaciones, personas y cosas.
4- Si un plan no funciona lo cambias, si no puedes cambiarlo, cambias tu actitud pero nunca cambies tu objetivo, tu sueño. Muchas personas abandonan por el lento progreso y es que no se dan cuenta de que aunque sea lento, ya es un progreso. Utiliza las excusas como motivación. ¡Desafíalas!
5- Hay cosas que pasan porque tienen que pasar y otras que tienes que hacer tú que pasen. Vigila tu diálogo interno. Elimina los "no puedo", "no soy capaz". El inconsciente no tiene sentido del humor, lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes. Acuérdate que no nos afecta lo que nos sucede, sino lo que nos decimos acerca de lo que nos sucede.
Lo que hoy es difícil, mañana será una conquista.
Fuente del Artículo:laopinion.es

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Rehacer nuestros proyectos de vida

Puede llegar el día en el que lo que somos y hacemos no sea lo que deseamos. Frente a la crisis personal y el miedo al cambio, el camino es hacerse las preguntas adecuadas


por: MIRIAM SUBIRANA

En determinados momentos de nuestra vida, todo lo que nos llevó y acompañó hasta un momento preciso, parece que pierde el significado, y sentimos una necesidad apremiante de salir de donde estamos para emprender nuevos rumbos, aunque no sepamos exactamente a dónde nos van a llevar. Queremos experimentar novedad, hay un impulso que nos lleva a querer cambiar de pareja, de lugar de residencia, de trabajo, de profesión y de ambiente. Aquello por lo que luchamos durante años, a lo que nos dedicamos con esmero, parece desmoronarse. Nos invade una incertidumbre interior, un gran interrogante, ¿quedarnos en este “lugar” en el que nuestra vida parece irse apagando por inanición o soltar lastre y abrirse a lo desconocido?

Ese algo que empuja para salir de donde nos encontramos varía según la situación, la persona, sus relaciones, su edad y su historia. Puede ser la búsqueda de sentido, la insatisfacción, el sufrimiento, el malestar y el aburrimiento o la falta de motivación. También pueden ser preguntas como: ¿voy a seguir así hasta mis últimos días?; ¿es esto lo que quiero?; ¿qué sentido tiene lo que estoy haciendo y cómo estoy viviendo mi vida? Tomar la decisión de cambiar implica a menudo provocar rupturas, confusión y sufrimiento, y entrar en crisis.

Hay que fluir aunque sea en mitad de la incertidumbre. Puesto que no sabemos lo que nos espera después de ese cambio, esa inquietud puede provocar falta de fuerza interior. Sin embargo, desprenderse de lo que nos daña y empequeñece es lo que libera y fortalece.

Entre los 40 y los 50 años muchos se dan cuenta de que no viven su vida, o que la que tienen no es la que desean. Quieren dejar el trabajo que llevan haciendo durante años y dedicarse a otra cosa, o formarse en otros ámbitos profesionales. Quizá se apuntan a una ONG y se van a África, a América o a Asia. O bien dejan a su pareja y se van solos o con otra persona. En definitiva, necesitan un cambio radical.

Cuando un ser humano tiene un para qué, 
puede atravesar cualquier cómo” 
Viktor Frankl
Estas transformaciones bruscas pueden desembocar en situaciones de crisis existencial profunda. Mi crisis personal llegó cuando todo aquello que durante años había dado soporte y sentido a mi vida dejó de ser el apoyo que me había sostenido. Aunque estaba rodeada de personas, me sentía sola, incomprendida y en un desierto. Me estaba ahogando y muriendo por dentro. Me empujaba un anhelo de libertad y de creatividad.

Empecé hablando con personas con las que había compartido aquella época y me sentí totalmente incomprendida. Así que inicié conversaciones con otros amigos más lejanos, que resultaron convertirse en verdaderos amigos. Me arriesgué, me abrí, y unos me dieron la espalda y otros me acogieron.

En situaciones de “tsunami vital” es imprescindible reflexionar, escribir, pasear, estar en contacto con la naturaleza, para escucharse a uno mismo. Es importante también abrirse y conversar para no desesperarse quedándose dentro todo lo que uno está viviendo. Sincerarse y arriesgarse a ser incomprendido, y a crear nuevos vínculos. Escuchar nuestra intuición, lo que sentimos y seguir los pasos que nos acerquen a nuestros anhelos nos ayudará a salir del estancamiento. Posiblemente implicará que algunas personas que nos han acompañado en una parte de nuestra vida dejen de hacerlo en esta nueva etapa. Pero aparecerán otras relaciones que nos nutrirán de maneras diferentes. Tenemos que aprender a soltar si queremos vivir con nuestra vitalidad floreciendo. Para lograrlo, ayuda confiar en uno mismo y en la vida; es clave para avanzar en un mundo lleno de incertidumbres.

También es importante ser consciente de qué queremos saber de nosotros mismos. Se trata de plantearse preguntas que desemboquen en reflexiones que lleven a encontrar sentido y propósito, a conectar de nuevo con los sueños y a crear nuevos proyectos que atraigan y nos hagan salir del escollo, descubriendo nuevos sentidos a nuestro ser y hacer.

Cuando vivimos un estancamiento en alguna relación importante, se hace necesario reciclarse. Pero hay miedos (a la ruptura, al conflicto o a ser incomprendido) que se interponen. Hay un ejercicio sencillo que sirve para identificar aquellos temores que impiden dar el paso necesario para acercarse a vivir sus anhelos. Elija un área en la que se sienta estancado y hágase estas tres preguntas: ¿Qué quiero realmente? ¿Qué obstáculos se interponen en mi camino? ¿Qué me impide afrontar o superar ese obstáculo?

Para cada miedo que le aparezca en respuesta a la tercera pregunta, puede plantearse las siguientes preguntas:

¿Qué es lo peor que puede ocurrir si sucede lo que temo? ¿Cuál es el mejor resultado posible para mí o para los demás si lo hago aunque sienta miedo al hacerlo? ¿Qué es lo que posiblemente sucederá entre estas dos cosas?

Le recomiendo que intente realizar la actividad que le atraiga, al menos tres veces: una para aprender a hacerla; la segunda vez para superar el miedo a realizarla; y la tercera vez para averiguar ¡si realmente la disfruta o no!

Para saber más


ANNA PARINI

Dice Rabindranath Tagore
“Yo dormía y soñaba que la vida era alegría.
Desperté y vi que la vida era servicio.
Serví y vi que el servicio era alegría”.

LIBROS
Enseñanzas sobre el amor. Una guía para alcanzar la plenitud en las relaciones humanas
Thich Nhat Hanh (Oniro. Barcelona, 1998)

En ocasiones el cambio viene impuesto por la normativa, por ejemplo, en la jubilación, o cuando es el cónyuge quien se va y nos deja solos, o cuando sobreviene una muerte o un accidente que implica un antes y un después. Si uno vive la necesidad de rehacer su proyecto vital desde la resignación, sintiéndose atrapado en ella, su vida y su ilusión se van apagando lentamente.

Esto le ocurrió a Sonia. Cuando la conocí, sus hijos ya estaban casados, pero su marido había tenido una muerte rápida hacía cinco años y ella se hundió en un gran sufrimiento. Sintió un vacío enorme, se preguntaba cada día por qué le había sucedido, y con tales interrogantes incrementaba su dolor y su tristeza. La meditación le ayudó a cambiar su actitud y a agradecer que hubiera podido disfrutar sus años de vida en pareja con enorme satisfacción. Varió totalmente su visión, entendió la muerte desde otra perspectiva, y pasó de resistirse a la nueva situación a aceptarla plenamente. En vez de lamentarse y quejarse, empezó a reconstruir y a tener una actitud de agradecimiento.

De cuestionarse: “¿Por qué me ha pasado esto a mí?”, “¿por qué se ha ido cuando aún era joven?”, pasó a preguntarse: “¿Qué puedo hacer a partir de ahora que aporte algo positivo?”. Y a agradecer todo lo que había compartido y aprendido en esos cuarenta años de matrimonio. Según las preguntas que uno se hace a sí mismo, las respuestas que genere pueden llevarle a incrementar el dolor y el sufrimiento o a liberarse y renacer en cada momento. En su caso, Sonia decidió formar parte de una ONG y ayudar a otras personas. Meditar la acompañó para encontrar su eje interior y conseguir fuerzas para reinventarse.

Muchas personas cuyo proyecto de vida se ha basado en lograr éxito, poder, dinero, privilegios y estatus sienten que llega un momento que todo deja de tener sentido. El individualismo en el que se ha sustentado su vida deja de nutrirles. Y es entonces cuando necesitan abrirse a los otros. Empiezan a plantearse el sentido de su presencia en el mundo. La actitud de servicio les lleva a espacios de conexión con los otros, a crear vínculos, comunión y comunidad. Al servir cambian una actitud que era fuente de sufrimiento. Pasan de pedir y necesitar a dar y compartir. Es en el dar y en el darse donde radica la semilla de la felicidad. En momentos de gran tristeza, como en un duelo, el servir ayuda a salir de ese estado y a conectar con la alegría.

Servir aumenta la capacidad de amar al prójimo. Se potencia la generosidad. La persona servidora crece en humanidad y en grandeza. No una basada en la ostentación o la fama, sino en la de vivir una vida con sentido.

Virar el rumbo

Probablemente nunca habíamos tenido tanto y al mismo tiempo nunca habíamos estado tan insatisfechos. ¿Qué sociedad hemos construido para que esto ocurra? Hemos creado un paradigma fundamentado en la necesidad, en la avaricia y en la conciencia de escasez. Vivimos pensando cómo podemos enriquecernos más, tener más, conseguir más y crecer más. Esto hace que llegue un momento en nuestra existencia que se desmorone el sentido y el para qué lo hacemos. Necesitamos crear proyectos de vida que nos permitan vivir siendo servidores. En vez de preguntarnos: ¿Cómo puedo hacerme más rico, más poderoso y tener más? Quizá debemos cambiar la pregunta y plantearnos: ¿Qué es lo que el otro necesita? ¿Cómo puedo contribuir a crear un mundo mejor?

Fuente del Artículo:elpais

lunes, 14 de diciembre de 2015

10 hábitos de las personas efectivas


¿Te distraes fácilmente y las horas se te pasan volando? Desarrolla estas cualidades que te permitirán ser más productivo.

Por SoyEntrepreneur
En el dinámico mundo actual, aprender a hacer más cosas en menos tiempo es clave para el desarrollo personal y profesional. Las personas efectivas y exitosas tienen varios hábitos en común. Y lo mejor: tú también puedes desarrollarlos.

Te compartimos algunas de las cualidades que te ayudarán a ser más efectivo en tu día a día:

1. Decirle ‘no’ a las distracciones. Siempre
Las personas exitosas saben usar mejor su tiempo porque son disciplinadas y saben establecer sus metas. También hablo de esas personas que no tienen momentos bajos; sí, hay tiempo para las vacaciones y para la familia, pero saben cómo balancearlo y no se dejan tener momentos improductivos. 

Para ser altamente efectivo necesitas aprender a concentrarte y evitar las cosas que te distraen (como tus gadgets, los ruidos, las conversaciones en chat, las redes sociales o los emails). Seguramente habrá cosas que no disfrutes hacer, pero sabes que las tienes que terminar. Por ello, ser organizado y disciplinado es esencial. 

2. Leer algo nuevo todos los días
Las personas exitosas y creativas leen constantemente, y encuentran mentores que les enseñan, valorando toda la información que reciben y pueda servirles en un futuro. Además, el hábito de la lectura ayudará a incrementar tu comprensión, imaginación, capacidad sintética y otras habilidades como la ortografía y gramática. 

3. Aceptar tus errores y sigue adelante
Fracasa cuantas veces sea necesario. Todo el mundo fracasa de vez en cuando; es parte de la vida. Pero cuando lo hagas, no renuncies ni pierdas el tiempo. Lo que separa a la gente exitosa de la ordinaria es la habilidad de levantarse y empezar de nuevo una y otra vez, con un mejor plan para triunfar.

También debes aprender a aceptar que no existe la perfección. Así que no pierdas tu tiempo buscándola. 

4. Levantarte temprano
Las personas más proactivas y efectivas suelen madrugar. Al aprovechar las mañanas de mejor manera podrás terminar tus cosas a tiempo, así como tener horas para ejercitarte, trabajar y estar con tu familia. 

5. Seguir la regla 80/20
Muchos emprendedores cometen el error de intentar dedicar su tiempo a atender todos los asuntos. Sin embargo, es importante que entiendas que, al igual que en las ventas, el 20 por ciento de tus acciones te producirán el 80 por ciento de tus resultados. Por ello es clave que establezcas prioridades y trabajes en las cosas que te generan más dinero o mayores oportunidades para el futuro. 

6. Cuidar tu cuerpo
El cuerpo es la máquina que nos permite ejecutar y trabajar; y como cualquier máquina, requiere de mantenimiento. Para tener buenos niveles de energía y un buen estado físico (que conlleva a uno mental) es importante que: cuides tu alimentación, tratando de consumir proteínas y mucha agua, y de reducir los alimentos procesados; hagas ejercicio al menos 30 minutos al día, y estiramientos cada hora; e intentes dormir bien, intentando irte a la cama temprano y relajándote para conciliar un buen sueño. 

7. Aprender a delegar
Éste es un punto especialmente difícil para los emprendedores que tratan a su negocio como su “bebé”. Debes entender que no puedes hacer todo por ti solo y que necesitas confiar en los demás para completar tus tareas y alcanzar tus objetivos. Una persona verdaderamente efectiva sabe rodearse de gente talentosa, que puede cumplir algunas responsabilidades incluso mejor que él mismo.  

8. No acumular pendientes
Tener tu agenda llena o tu escritorio cubierto de post-its con pendientes es una señal de que estás procrastinando y dejando todo para después. Aunque es importante que definas prioridades, intenta cumplir con ciertas tareas en el momento. Esto te evitará preocupaciones mentales que sólo te desconcentran y distraen de lo importante. 

9. Identificar cuándo alejarte
Aunque las personas altamente efectivas destacan por trabajar con rapidez y atención, también es importante saber cuándo tomarte un respiro y alejarte momentáneamente del trabajo. Esto te permitirá recuperar el enfoque, refrescar la mente y evitar los estancamientos de creatividad y productividad. 

10. Definir metas
Las personas efectivas tienen bien establecidos objetivos en el corto, mediano y largo plazo. Incluso en una base diaria. Cada día fíjate nuevas metas que te reten y te mantengan motivado. Por ejemplo, para hoy podrías proponerte hacer 10 llamadas a nuevos clientes y 5 a clientes actuales. La idea es que tú mismo te pongas como propósito ser más efectivo cada día.

Fuente delartículo: soyentrepreneur.com

4 métodos para empoderar a tus colaboradores



Empoderar a tus colaboradores y seguir siendo un excelente líder no tiene por qué estar en contradicción.


Por Corinna Acosta

Al inicio de su carrera, muchos líderes creen que para alcanzar una meta tienen que controlar cada parte del proceso para no dejar margen a la equivocación.
Algunos de ellos, sin embargo, aprenden con el tiempo que quienes se niegan a permitir que sus colaboradores hagan uso de su propia habilidad y disciplina para cumplir con una tarea están negándose a miles de posibilidades de crecimiento personal y profesional.
Estos son algunos consejos para impulsar el desarrollo de tus colaboradores, incrementar su nivel de productividad y su desarrollo personal.
1. Habla con tu equipo
Platicar con tus colaboradores y estar abierto a escuchar es, sin duda, el primer paso paraimplementar acciones que les permitan sentirse cómodos en su lugar de trabajo y también ser más productivos.
Cuando la empresa en la que laboras es demasiado grande entra el importante papel de la tecnología; abrir chat de grupo o documentos colaborativos puede ser una excelente herramienta para conseguirlo, y ¡además en tiempo real!
Crea procesos que permitan aumentar la autonomía entre los compañeros del mismo lugar de trabajo; esto es sumamente importante, ya que los colaboradores se sentirán mucho máscomprometidos y confiados. Recuerda que ellos son tus primeros embajadores de marca, por lo que un bajo índice de satisfacción puede traducirse en un nivel similar entre los consumidores.
2. Entrénalo para tomar decisiones
Tus colaboradores deben ser capaces de cuantificar lo que están ofreciendo al cliente y entender qué niveles de la empresa se verían afectados por sus decisiones para que puedan tomarlas de forma mucho más sabia. Esto sólo se puede lograr con absoluta transparencia sobre la situación actual de la organización.
Las personas comprometidas buscan hacer un excelente trabajo y quieren ser capaces de corregir problemas sin tener que atravesar por un largo proceso burocrático. Al dar poder y autonomía a tu equipo, la satisfacción de tus clientes se multiplica y la percepción se transforma positivamente.
3. Confía en él
Suena lógico, pero la realidad es que muy pocos jefes realmente lo hacen. Una vez que has capacitado a tu equipo adecuadamente necesitarás confiar en que tomará las mejores decisiones para el bienestar de la organización y los clientes.
Confiar en tu equipo significa también confiar en tus prácticas de contratación y tus programas de capacitación. Después de todo, fuiste tú quien contrató a estos expertos para realizar determinadas tareas y les enseñó las particularidades necesarias para adaptarse a la compañía… ¿o no?
4. Olvida el control, prefiere las tutorías
Construir una cultura organizacional sólida no es rápido ni sencillo. Cambiar la estructura de control de una organización es una estrategia a largo plazo que necesita de una visión acorde. Muchos se preguntarán: en un esquema de colaboradores empoderados, ¿cuál es el papel del líder?
Más que un jefe, el líder en este esquema se convierte en un importante orientador que ofrece apoyo e incluso tutoría a sus colaboradores y se centra en su comportamiento más que en sus resultados. Los gerentes siempre están midiendo entregables tangibles de una persona, pero los mentores suelen enfocarse en el cómo y el por qué de cada decisión.
Cuando las personas se sienten capaces, el placer por el trabajo crece exponencialmente, y así como el sentimiento de control de sus carreras. Observa lo que sucede cuando renuncias a parte de tu poder, ¡seguramente te sorprenderás de manera positiva con los resultados!
Fuente del artículo: www.soyentrepreneur.com Colaboración de Expok News.

martes, 8 de diciembre de 2015

Cómo viajar completa tu espíritu empresarial






Muchos de los líderes de negocios de hoy en día creen que realmente viajar influye en el desarrollo de los mejores empresarios. Desde aprender las diferentes maneras de comunicarte hasta vivir nuevas culturas. Todo el proceso de viajar tiene efectos positivos más allá de tu vida personal. Por eso, mientras que cada acción que tomamos para preservar o invertir capital tiene una historia detrás, las inversiones más importantes que un empresario puede hacer es viajar.

8 noviembre 2015

Por: JIMENA AZINOVIC


Ryan Frankel es el CEO y co-fundador de VerbalizeIt, una compañía que ofrece traducciones de calidad a empresas de todo el mundo. Como empresario, bloqueó el mundo exterior privándose de nuevas experiencias, consejos e incluso de las relaciones que podían mejorar sus éxitos. La primera vez que lanzó VerbalizeIt hace casi cuatro años, pocas veces viajaba por carretera y apenas pasaba tiempo con personas fuera del trabajo. Todo esto le dejó desprovisto de nuevas perspectivas y perdió la inspiración. Fue un viaje de negocios que tuvo que realizar solo lo que le abrió los ojos. Se dio cuenta de lo importante que era primero entablar una relación personal con los nuevos clientes o asociaciones para luego sumergirse en los negocios. Algo que le permitió disfrutar de su trabajo más que antes. 

Mientras que no hay que dejar de ser conscientes del tiempo ni del presupuesto, viajar siempre va a ser una manera de ampliar horizontes, ya sea querer establecer una nueva relación de negocios entre culturas, conocer un país por ocio o vivir una aventura culinaria. Salir de tu zona de confort se traduce en beneficios tanto a tu vida de empresario de ciudadano global: 



No importa tanto el sitio al que vayas, sino cómo integrarás las experiencias que tuviste en tu vida diaria

Viajar, como en los negocios, incluye cambio de planes y buscar maneras de adaptarse a nuevos ambientes: los vuelos se retrasan, las maletas se pierden y los hoteles se llenan. 

Enseña a comunicar. No se trata solo de conocer el idioma del país, sino de ser capaz de controlar tu lenguaje corporal y buscar la manera de comunicar algo. 

Además, viajando puedes aprender a gestionar tu tiempo: a qué hora hay que ir al aeropuerto, cuándo hay que coger el autobús… 

Por supuesto, es una manera de aumentar tu red de contactos. Te permite hablar y relacionarte con gente de todos los países. 

Y también te enseña a trabajar con lo que tienes, que muchas veces se traduce en recursos limitados. 

Con todas estas habilidades puedes convertirte en un gran jefe. Viajar te enseña a liderar en cada paso del camino. Tanto si viajas solo como en compañía, estás obligado a tomar decisiones e interactuar con las personas de tu alrededor. 

Fuente del Artículo: forbes.es




Cuando un jefe no se merece a su equipo



FuenteFotalia









Por:  17 de noviembre de 2015
Cuando la Organización de las Naciones Unidas celebró su 50 aniversario, organizó una jornada que duró dos días. Invitó a grandes ponentes para tratar sobre el liderazgo y cada participante pagó la friolera de 5.000 dólares por asistir. Al finalizar el evento, rellenaron una evaluación sobre qué mensaje había gustado más. Y como cuenta Brian Bacon, presidente de Oxford Leadership Academy, el más valorado no fue ninguno de los grandes conferenciantes, sino una mujer que no estaba en el programa y a la que la organización invitó a dar un discurso improvisado. Dicha mujer fue la madre Teresa de Calcuta, quien apenas en unos segundos dijo lo siguiente:
 "Así que queréis cambiar a la gente, pero ¿conocéis a vuestra gente? ¿Y les queréis? Porque si no conocéis a las personas, no habrá comprensión, y si no hay comprensión, no habrá confianza, y si no hay confianza, no habrá cambio.
¿Y queréis a vuestra gente? Porque si no hay amor en lo que hacéis, no habrá pasión, y si no hay pasión, no estaréis preparados para asumir riesgos, y si no estáis preparados para asumir riesgos, nada cambiará.
Así que, si queréis que vuestra gente cambie, pensad: ¿conozco a mi gente?, ¿y quiero a mi gente?…"
En un discurso tan breve se resume el principio de cualquier líder: Conocer y apreciar a su equipo, algo que no todos los jefes saben hacer. Es imposible conocer a los equipos si nos quedamos parapetados en los despachos bajo mil argumentos. El poder es la excusa perfecta para quedarnos solos. Conocer a la gente es preguntarles por sus cosas, más allá de solo mandar tareas (o marrones). Significa escuchar, tener tiempo para ellos, tiempo que se ha de incluir en la agenda. Porque ya sabemos, lo que no está en la agenda no existe en el día a día de un profesional. Y no hablamos de intenciones, sino de hechos concretos. Recuerdo una vez en un taller de liderazgo que una persona que trabajaba con un equipo de doce personas confesaba que no sabía casi nada de dos de ellos, ni tan siquiera de sus aficiones o familia. Eran auténticos desconocidos. Pues así es difícil que lograra su confianza o un minúsculo cambio por su parte.
Apreciar al equipo o quererlo, en palabras de Teresa de Calcuta, significa reconocer su trabajo y aún más importante, luchar por ellos. Aquí no vale ponerse medallas que no corresponden, tapar los éxitos de tu gente delante del superior o sucumbir a la primera de cambio a peticiones de otras áreas. Defender al equipo es quererlo. Así de simple. Podrás enfadarte con algunas cosas, pero un buen líder no puede traicionarles fuera del departamento. Recuerdo a un director de una gran empresa que jamás daba visibilidad a su gente. ¿Motivo? El de siempre: inseguridad encubierta. Por mi experiencia, ese tipo de personas terminan cayendo en su propia trampa al cabo de un tiempo, como le ocurrió de repente a este director, que fue relegado del comité de dirección y a quien se le asignó a otra persona por encima a la que reportar. Se lamentaba a su equipo diciendo que “el nuevo” no se iba a poner sus medallas. Cuando su gente lo escuchó, comentaron entre ellos: “Eso es lo que él ha estado haciendo durante todo este tiempo”. Y es curioso, un mal jefe no siempre es consciente de los errores que comete.
Tenemos auténticas zonas ciegas de nosotros mismos (todos, todos), por lo que hace falta tener la humildad y crear la posibilidad de que las personas de tu equipo te den su opinión sobre lo que haces. Y por supuesto, aguantar el tipo. No siempre es fácil. Pero tenemos dos opciones: o escuchamos las opiniones de nuestro equipo para mejorar o es muy difícil que nosotros tomemos conciencia de nuestros errores o de nuestras zonas ciegas. Y si queremos apreciar, reconocer o querer a nuestra gente, necesitamos mejorar nosotros mismos como profesionales y como personas. Solo así lograremos la pasión que da fuerza al cambio.
En definitiva, a lo largo de los años he conocido líderes brillantes y jefes que tenían brillantes equipos, pero que no estaban a su altura o que no se lo merecían. Como todos somos humanos y por ello, no siempre sabemos si estamos en un lado o en otro, deberíamos comenzar con el consejo de la madre Teresa de Calcuta: Conocer y querer, es decir, escuchar, luchar por ellos y estar abiertos con humildad al aprendizaje constante de ser mejores profesionales.
Fuente del Artículo:elpais.com