viernes, 27 de febrero de 2015

Cómo saber si un empleado es coachable



Como líder, tienes el compromiso de entrenar a todos tus subordinados directos, pues eso los ayudará a mejorar su desempeño y a alcanzar el éxito profesional. Sin embargo, “es necesario tener la capacidad para saber cuando el coaching no está funcionando”, dice Muriel Maignan Wilkins, cofundadora de Isis Associates y autora del libro Own the Room: Discover Your Signature Voice to Master Your Leadership Presence.

Y afirma que, cuando alguien no está mejorando, es necesario considerar si esa persona es fácil de entrenar. "La habilidad de coachear" requiere de dos cosas de su subordinado directo:

Tiene que mostrar compromiso con su desarrollo. Eso significa que está dispuesta a aceptar la retroalimentación, a intentar cosas nuevas y a confesar cuando las cosas no están bien.
Tiene que tener la habilidad de llegar al nivel que quieres que llegue.
Sin el compromiso necesario, no podrás ayudar. Por lo que tienes que hablar con esa persona hacerle saber el porqué de la situación. Muchas veces, puede haber malos entendidos al respecto, por eso Maignan Wilkins recomienda hablar del tema claramente. Pues no vale la pena perder el tiempo con alguien que no quiere mejorar.

Por el otro lado, si la persona tiene la disponibilidad y aún así no hay mejoras, quizá sea una habilidad en la que sea difícil de entrenar. En este caso, al igual que en el primero, tienes que hablarlo antes de poner punto final a la situación. Quizá haya algo que te estés perdiendo.

Si ya has hablado con él y has replanteado la estrategia y, aún así, está por debajo de las expectativas quizá debas cambiar de estrategia. Como la formación con terceros o el entrenamiento con alguien más del equipo: puede que tu estilo de enseñanza choque con el de él.

Maignan Wilkins reconoce que no es fácil coachear a alguien, pero si ésta persona tiene la actitud, tienes que apoyarla con los medios que tienes disponibles . Aunque eso signifique que tengas que dejar que alguien más lo haga. Esto, al final es beneficioso para los dos.

fuente del artículo: mundoejecutivo

Demasiado 'buen rollo' es un infierno laboral

Demasiado 'buen rollo' es un infierno laboral
Si crees que tu empresa es un paraíso laboral porque allí nadie discute y todo es camaradería y buenas palabras, ten cuidado... Podrías estar en el epicentro de un entorno laboral buenista que rechaza la gestión del conflicto pero que resulta superficial, hipócrita e ineficaz.
Aunque los amigos en el trabajo ayudan a mejorar nuestra productividad y, por supuesto, aumentan la felicidad laboral, demasiada camaradería y un ambiente profesional que busca el buen rollo a toda costa no pueden traer nada bueno.
Es cierto que tener un buen amigo en el puesto habitual incrementa la satisfacción profesional en un 50%, según algunos estudios. Y que un «mejor amigo» en el trabajo te lleva a estar comprometido y enganchado en tu puesto. Pero debemos desconfiar de un ambiente laboral buenista. Si tu lugar de trabajo es un paraíso laboral en el que nadie discrepa ni discute, no hay tal paraíso. El conflicto permanente no es una opción, pero un consenso exagerado tampoco hará demasiado bien a tu carrera profesional.
Pilar Jericó, socia directora de Be-Up, se refiere al «exceso afiliativo» como un factor que hace disminuir los retos y la productividad: «El exceso de buen rollo en el trabajo lleva a que baje el nivel de exigencia, y esto perjudica a aquellos profesionales de alto rendimiento, a los mejores, ya que un entorno buenista de café para todos genera siempre comparaciones negativas y agravios significativos. En los grupos donde hay un exceso de afiliación se evita el conflicto (no significa que no exista, sino que se tapa por miedo al rechazo), se evitan las decisiones divergentes y se premia a todo el mundo por igual. Conseguir excelencia significa generar un poco de tensión positiva y diferenciar a las personas que hacen bien su trabajo del resto».
Jesús Vega, experto en recursos humanos, insiste en que «el buen rollo es vital, sobre todo en aquellas organizaciones en las que la gente quiere desenvolverse profesionalmente en un entorno estimulante. Pero cuando por el buenismo se sacrifican otras cosas, la cosa falla. El exceso de buen rollo tiene que ver con no saber plantear los conflictos, que son necesarios en toda organización, porque ayudan a plantear nuevas ideas». Falta de estímulo e hipocresía Para José María Gasalla, profesor de Deusto Business School, «los comités de dirección en los que se dan unas relaciones tan buenas y cordiales que nada se cuestiona ni se debate son del todo ineficientes. Ese 'vamos a llevarnos bien', que se traduce en mantener el statu quo, resulta perjudicial».
El experto distingue entre el buen rollo aparente y el buen rollo, sin más. El primero se sustenta en caretas que uno se pone para representar papeles: es lo conveniente, lo diplomático, lo políticamente correcto...
Gasalla cree que el buen rollo que no es mera apariencia se basa en la confianza, en que haya apertura y aceptación de la vulnerabilidad: «Sólo entre personas que confían puede ser aceptable un buen rollo que no resulte meramente superficial».
Jesús Vega añade que un escenario buenista refleja un liderazgo que no sabe manejar conflictos: «Es típico de líderes que quieren equipos en los que todo el mundo se lleve bien, y esto no es necesario ni conveniente dentro de la organización. Se trata de grupos faltos de estímulo y que sueles ser hipócritas».
Jericó afirma que evitar el conflicto lleva además a no aceptar la divergencia: «Se pretende crear tan buen ambiente que al final nunca se promueven las opiniones de aquellos que discrepan». En este sentido, este exceso afiliativo ningunea a los escépticos constructivos –distíngase esto del cenizo o del pesimista– que suponen un motor de la innovación para aquellos que opinan que demasiada armonía en un equipo de trabajo en el que nada se cuestiona implica, entre otras cosas, una invitación para que los más mediocres se perpetúen.
El buenismo es un caldo de cultivo para los ilusos patológicos, incapaces de concebir que algo pueda ir mal. No suelen cuantificar los riesgos, ni tener respuestas cuando ocurre algo no previsto por ellos.
Frente a éstos están los optimistas realistas, que visualizan unos objetivos ambiciosos, toman las medidas para conseguirlos, y también están preparados para asumir escenarios no tan favorables.
Gasalla opina que «el conflicto es algo muy natural. Se trata de aceptarlo como una posibilidad de crecimiento profesional».
Jesús Vega asegura que «el buen rollo en el ámbito profesional siempre ha de tener ciertos límites: para empezar, debe existir un proyecto estimulante. También debe haber intensidad. Y es necesaruio estimular la responsabilidad individual. Si el líder se empeña a toda costa en generar buenismo, pero fallan esos tres límites, se está generando un entorno laboral en el que nadie le va a respetar».
Gasalla explica que ese buen rollo en un equipo en el que hay un responsable se puede dar entre colaboradores, o entre el jefe y ciertos empleados. En el primer caso se produce una presión frente a quien manda, que nunca permite descubrir las ineficiencias.
En el segundo caso entramos en la confusión entre la vida personal y profesional. Suele desembocar en incertidumbre y en falta de respeto. En este sentido, el buen rollo puede tender a la permisividad. Contagia o excluye a quien no se quiere meter en ese círculo de camaradería excesiva.
Para Gasalla, «el exceso de confianza implica no ver el papel diferencial del otro, y que el otro se convierta en transparente. Por eso resulta necesario actuar desde la conciencia, la responsabilidad y el compromiso».
El profesor de Deusto Business School cree que este buenismo «puede ser un objetivo, pero siempre es preferible que fluya en la organización. Hay que saber cuál es nuestra responsabilidad y conocer nuestros objetivos. De ahí deriva un buen rollo positivo en el que no hay lugar para rumores o cotilleos». Las ventajas de saber gestionar el conflicto ¿Qué tiene de bueno el conflicto en el ámbito profesional? Nos saca de nuestra zona de confort, porque la comunicación que implica termina siempre en una toma de decisiones. Por esto mismo, genera más creatividad e innovación.
* Tras una discusión, el acuerdo que se consigue siempre es mejor y produce más beneficio, sobre todo cuando somos capaces de entender que alguien que defiende emocionalmente su postura no está despreciando la nuestra por sistema. Que alguien te lleve la contraria no implica que desprecie tu posición.
* No se trata de que no haya conflicto, sino de aplicar la mejor manera de resolver la discrepancia. Esto hace que el enfrentamiento se convierta en algo positivo. En cualquier relación, si no hay disputa, deberíamos preocuparnos, porque eso implica que no existe la comunicación.
* La clave está en la negociación constructiva. Cuando ésta se da, la relación sale siempre fortalecida a pesar de la disputa. Ante la discrepancia en el terreno profesional, lo más sensato y eficaz es hablar. No se consigue nada silenciándola o enterrándola.
* El conflicto desarrolla nuestras habilidades de negociación y resolución de problemas, y nos entrena para una mejor gestión de la incertidumbre, del cambio y de lo imperfecto.
* Hay quien cree que siempre hay personas o equipos que necesitan un revulsivo, y esto lleva a motivar desde el miedo o a gestionar 'a cara de perro'. Si se pretende mejorar el rendimiento, hablar de lo que se hace mal no ayuda demasiado a conseguirlo. Las organizaciones que se deciden por esta vía deben tener en cuenta que, para determinados profesionales, este tipo de estímulos forma parte de su carácter, y provoca una reacción productiva. Pero a otros puede sucederles todo lo contrario.
En este caso, el miedo es un estímulo que funciona a corto plazo, pero a largo plazo destruye cualquier capacidad de innovación o de obtener resultados extraordinarios.
fuente del artículo: expansion

martes, 24 de febrero de 2015

¿Sabes cómo desarrollar una mente fuerte?


Personas Mentalmente fuertes: Las 13 cosas que evitan
Durante todo el tiempo los ejecutivos están preocupados por la fortaleza física y la salud,cuando se llega a esto, la fortaleza mental puede significar aún más. En particular, para los emprendedores, numerosos artículos hablan sobre las características esenciales de la fortaleza mental: tenacidad, optimismo, y una habilidad infalible. Sin embargo, también podemos definir la fortaleza mental mediante la identificación de las cosas que losindividuos mentalmente fuertes no hacen. El fin de semana, me quedé impresionada por esta lista compilada por Amy Morin, una psicoterapeuta y trabajadora social clínica, que la ha compartido en Lifehack.
1. Perder el tiempo sintiendo lástima por sí mismos:
No ves a las personas mentalmente fuertes sentir lástima por sus circunstancias o por la forma en que han sido maltratados. Ellos han aprendido a asumir la responsabilidad de sus acciones y resultados y tienen una comprensión innata del hecho de que con frecuencia la vida no es justa. Son capaces de salir de circunstancias difíciles con la auto conciencia y gratitud por las lecciones aprendidas. Cuando una situación termina mal, responden con frases tales como “Oh , bien”. O tal vez, simplemente con un, ” ¡Siguiente! “.
2. Regalar su energía:
Las personas mentalmente fuertes evitan dar a otros el poder de hacerles sentir inferiores o malos. Ellos entienden que tienen el control de sus acciones y emociones. Ellos saben que su fortaleza está en su capacidad para gestionar la forma en la que responden.
3. Rehuir el Cambio:
Las personas mentalmente fuertes aceptan el cambio y dan la bienvenida al desafío. Su mayor “miedo”, si lo tienen, no es lo desconocido, sino caer en la autocomplacencia y estancarse. Un entorno de cambio e incluso la incertidumbre pueden energizar a una persona mentalmente fuerte y actuar de la mejor manera posible.
4. Desperdiciar su energía en cosas que no pueden controlar:
Las personas mentalmente fuertes no se quejan por el tráfico, por el equipaje perdido o, especialmente, acerca de otras personas, ya que reconocen que todos estos factores están en general fuera de su control. En una situación mala, reconocen que la única cosa que siempre se puede controlar es su propia respuesta y la actitud y usan bien estos atributos.
5. Preocuparse por agradar a los demás:
¿Conoces a algunas personas que agradan? O, por el contrario, ¿a personas que se dedican a desagradar a los demás como una forma de reforzar una imagen de fortaleza? Ni una ni otra posición es buena. Una persona mentalmente fuerte se esfuerza por ser amable y por complacer a los demás, pero también no tiene miedo de hablar alto. Son capaces de soportar la posibilidad de que alguien se enfade y lidiarán con la situación, siempre que sea posible, con gracia.
6. Tener miedo a tomar riesgos calculados:
Una persona mentalmente fuerte está dispuesta a asumir riesgos calculados. Esto es una cosa totalmente diferente de saltar de cabeza sobre riesgos estúpidos. Pero con fortaleza mental, un individuo puede sopesar los riesgos y beneficios a fondo y se evaluarán plenamente las desventajas potenciales e incluso los peores escenarios antes de tomar acción.
7. Vivir en el pasado:
Hay fortaleza en reconocer el pasado y, especialmente, en el reconocimiento de las cosas aprendidas de experiencias pasadas, una persona mentalmente fuerte es capaz de evitar llenar con lodo su energía mental en decepciones pasadas o en las fantasías de los “días de gloria” pasados. Ellos invierten la mayor parte de su energía en la creación de un presente y un futuro óptimo.
8. Cometer los mismos errores una y otra vez:
Todos sabemos la definición de locura, ¿verdad? Es cuando tomamos las mismas acciones una y otra vez, con la esperanza de un resultado diferente y mejor del que hemos llegado antes.
Una persona mentalmente fuerte acepta toda la responsabilidad por el comportamiento pasado y está dispuesto a aprender de los errores. Las investigaciones muestran que la capacidad de ser auto-reflexivo de una manera precisa y productiva es una de las mayores fortalezas de los ejecutivos y empresarios con un éxito espectacular.
9. Estar resentido por el éxito de la gente:
Se necesita fortaleza de carácter para sentir auténtica alegría y emoción por el éxito de los demás. Las personas mentalmente fuertes tienen esta capacidad. Ellos no se ponen celosos o resentidos cuando otros tienen éxito (aunque pueden tomar los primeros apuntes sobre lo que hizo el individuo bien). Ellos están dispuestos a trabajar duro para sus propias posibilidades de éxito, sin depender de los atajos.
10. Abandonar después de un error:
Cada fracaso es una oportunidad para mejorar. Incluso los más grandes empresarios están dispuestos a admitir que sus primeros esfuerzos, invariablemente, trajeron muchos fracasos. Las personas mentalmente fuertes están dispuestos a fracasar una y otra vez, si es necesario, siempre y cuando la experiencia de aprendizaje de cada “fracaso” pueda acercarlos más a sus objetivos finales.
11. Temer estar tiempo a solas:
Las personas mentalmente fuertes disfrutan e incluso guardan como un tesoro el tiempo que pasan solos. Usan su tiempo de inactividad para reflexionar, planificar y para ser productivos. Lo más importante es que no dependen de otros para aumentar su felicidad y los estados de ánimo. Pueden ser felices con los demás y también pueden ser felices solas.
12. Sentir que el mundo les debe algo:
Especialmente en la economía actual, los ejecutivos y empleados de todos los niveles están ganando reconociendo que el mundo no les debe un sueldo, un paquete de beneficios y una vida cómoda, sin tener en cuenta su preparación y educación. Las personas mentalmente fuertes entran en el mundo preparadas para trabajar y tener éxito por sus méritos , en todas las fases del juego.
13. Esperar resultados inmediatos:
Ya se trate de un plan de entrenamiento, un régimen alimenticio o de empezar un negocio, las personas mentalmente fuertes están “en el largo plazo”. Saben que no deben esperar resultados inmediatos. Aplican su energía y tiempo en dosis medidas y celebran cada hito y el incremento del éxito en el camino. Y entienden que los cambios verdaderos toman tiempo.
Fuente del Articulo: muypymes.com

viernes, 20 de febrero de 2015

7 conductas paternales que evitan que los niños crezcan como líderes






Es verdad que los padres normalmente intentan ayudar a sus hijos en todo lo que pueden, pero a veces no saben cuál es la mejor forma para potenciar el liderazgo. Para eso, Forbes EEUU ha recopilado algunas conductas negativas que suelen tener los padres, por el Dr. Tim Elmore. Él es el fundador y presidente de la organización "Growing Leaders" que ayuda a los jóvenes a convertirse en líderes. Además ha escrito varios libros sobre el tema como "Generation iY: OurLast Chance to Save Their Future" o "Artificial Maturity: Helping Kids Meet the Challenges of Becoming Authentic Adults". 

Estas serían las 7 conductas que evitan que vuestros hijos se conviertan en líderes. 

1. No dejar que los niños experimenten el riesgo. El exceso de seguridad hace que el niño no arriesgue porque le entre miedo a realizar cosas fuera de su burbuja de protección parental. 

2. Rescatar demasiado rápido. Si cada vez que necesita ayuda, se la da antes incluso de que la pida, no aprenderá a resolver sus problemas por sí mismo. 

3. Mostrar entusiasmo con facilidad. Al final, si tu hijo siempre ve que para ti es el ganador, ocurra lo que ocurra. En un futuro no se sentirá cómodo al afrontar una tarea difícil o incluso una derrota. 

4. Recompensar cada logro. Es un error que cometen muchos padres, sobre todo los que tienen varios hijos, que incluso recompensan al otro por lo que ha hecho uno. Tampoco deben darles regalos materiales porque no experimentarán la motivación intrínseca ni el amor incondicional. 

5. No compartir los errores del pasado. Es positivo contarles aquellas cosas que no hiciste bien cuando tenías su edad. Así podrás mostrarle cómo enfrentaste el problema y le enseñarás tu lección aprendida. 

6. Confundir inteligencia, talento e influencia con madurez. Es un error confundir la inteligencia u otras habilidades con la madurez. Un ejemplo claro es cuando vemos a estrellas que han desempeñado su trabajo a la perfección y luego no saben enfrentarse al público. 

7. No practicar lo que predicas. Los padres tienen la responsabilidad de modelar en sus comienzos la vida que quieren que vivan sus hijos. Por eso, como líderes a seguir en las casas, hay que intentar emplear siempre palabras honestas. 


Fuente del Articulo Forbes.es


martes, 17 de febrero de 2015

EL vaso con Agua


                                                                 El vaso con agua:





En una sesión grupal, la psicóloga hablaba sobre como tratar con la tensión de la vida en un momento dado levantó un vaso de agua. 

Cuando todos esperaban oír la pregunta: "¿Está el vaso medio lleno o medio vacío?" , ella en lugar de ésto preguntó:
- ¿Cuánto pesa este vaso?
Las respuestas de los componentes del grupo variaron entre 200 y 250 gramos.
Pero la psicóloga respondió:
- El peso absoluto no es importante, sino el percibido, porque dependerá de cuánto tiempo sostengo el vaso: Si lo sostengo durante 1 minuto, no es problema. Si lo sostengo 1 hora, me dolerá el brazo. Si lo sostengo 1 día, mi brazo se entumecerá y paralizará.
El vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado y más difícil de soportar se vuelve. 

Después continuó diciendo:

- Las preocupaciones son como el vaso de agua. Si piensas en ellas un rato, no pasa nada. Si piensas en ellas un poco más empiezan a doler y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado e incapaz de hacer nada.
¡Acuérdate de soltar el vaso!

Reflexión:  A veces las preocupaciones se enquistan en nuestros pensamientos y no nos dejan centrarnos en las soluciones, en lo que sí podemos hacer. Preocuparnos en exceso y anclarnos en pensar en los problemas nos agota, absorbe nuestras energías y nos quita fuerzas para actuar, y para movilizarnos hacia soluciones. Está muy bien ser consciente de los problemas y tener presente las dificultades y los riesgos, pero llenar nuestra cabeza de preocupaciones durante mucho tiempo nos agota emocionalmente. ¿Sabéis soltar el vaso a tiempo?

jueves, 12 de febrero de 2015

10 estrategias para crecer Profesionalmente





El objetivo de las personas con aspiraciones es tocar el éxito a través de su trabajo. Pero, muy pocos se toman el tiempo necesario para planificar cómo llegar a ello. El ritmo de tu carrera profesional depende de ti y de cada uno de tus movimientos. Forbes EEUU destaca 10 estrategias para que tu trayectoria laboral tenga un futuro prometedor.


1. Mejora tus puntos débiles 
Tienes que se consciente de las áreas en las que tus conocimientos son limitados. Lo primordial para sumar éxitos en tu camino laboral es reconocer los fallos e intentar modificarlos. Dedícale tiempo y mejora los aspectos profesionales en los que estés perdido. Pide ayuda si es necesario. 

2. Establece tus propias metas 
Un buen profesional tiene que ser capaz de definir con exactitud cuáles son sus objetivos y planificar el método para llegar a ellos. Será más fácil ir sumando puntos si haces que tus ideas guíen tus movimientos y te comprometas con tu trabajo. 

3. Rodéate de los mejores 
Cada día puedes ampliar tu base de conocimientos y aprender nuevas tácticas en las que apoyarte. Intenta relacionarte con profesionales del sector que muestren dotes de liderazgo. Adquiere de ellos su capacidad para triunfar laboralmente y sigue sus pasos. 

4. Sigue haciendo contactos 
Nunca debes de acomodarte y dejar de conocer a gente nueva. Las oportunidades pueden aparecer en cualquier momento del día y es más fácil encontrarlas si te relacionas con las personas adecuadas. Mantén siempre contacto con los compañeros que has ido conociendo durante tu camino laboral. 

5. Intenta aprender cada día 
Si quieres crecer profesionalmente tienes que empezar por abrir tu mente y estar dispuesto a adquirir nuevos conocimientos día tras día. El saber no ocupa lugar, es más, te beneficiará. Mostrarás más capacidad para asimilar cualquier situación y serás más competente en tu trabajo. 

6. Promueve tu trabajo en la red 
Tener presencia en la web es importante para conseguir que otros conozcan y valoren tu trabajo. Intenta reflejar en las redes sociales tus motivaciones, las ideas que llevas a cabo y todo lo que consigues gracias a tu esfuerzo. Nunca se sabe quién puede interesare por ti a través de lo dices sobre tu persona. 

7. Establece un método de trabajo 
Es recomendable que estipules tu horario de forma que puedas ir cumpliendo objetivos cada jornada laboral. Marca cómo vas a realizar tu trabajo y ponte un límite de tiempo para conseguirlos. Serás mucho más organizado y tendrás mejores resultados si avanzas en función de lo establecido. 

8. Ve más allá de lo normal 
No dejes que otros se adelanten y te saquen ventaja. Si tienes una idea, tienes que pelear por sacarla adelante e intentar que otros apoyen tu propuesta. Potencia tu lado más creativo y sé valiente para decir lo que piensas. 

9. Motívate con cada trabajo 
El trabajo que realices siempre tendrá un resultado mejor si lo haces en base a tus principios y buscas el lado positivo para gestionarlo. Una buena fórmula para motivarte es trabajar para obtener logros. Tu esfuerzo no será en vano. 

10. Domina el uso de la palabra 
Son muchos los factores que entran en juego cuando se trata de alcanzar el éxito con tu carrera profesional. Pero, sin duda, utilizar las palabras correctas en el momento adecuado te ofrecerá posibilidades que te favorecerán. Haz que la comunicación con tu equipo sea fluida y muestra confianza en lo que dices. 

Fuente del artículo: Forbes

Inteligencia Emocional

¿Qué aptitudes tienen las personas que desarrollan su inteligencia emocional?



Una aptitud que cada vez está siendo más demandada en las empresas, es la inteligencia emocional. Realmente todas las personas lo tenemos ahí, pero algunos lo desarrollan y otros no.



Una persona con inteligencia emocional desarrollada ayuda a que exista un mejor ambiente en el equipo, y eso indirectamente hace que mejore la productividad de la empresa. Reduce las posibilidades de conflictos y en muchas ocasiones pueden tener alma de líder. ¿Qué aptitudes desarrollan las personas con inteligencia emocional? Os las presentamos a continuación. 

1. Son positivas. Siempre ven el lado bueno de las cosas, y el vaso medio lleno. Aunque siendo realistas, suelen tener los pies en la tierra, porque han desarrollado su "inteligencia", aunque otros piensen que siempre están en las nubes. 

2. Tienen sentimiento de equipo. Les gusta trabajar con otras personas, y no tienen problemas en ceder ante diferentes opiniones. Evitan que se creen conflictos entre compañeros. 

3. Saben rodearse de buenas personas y profesionales. Sí, de ambas cosas, porque aunque quieran siempre mantener cerca solo a "buenas personas", también saben marcar los límites a las "tóxicas" que consideran buenos profesionales. 

4. Son personas empáticas. Comprenden la situación del resto y saben ponerse en la situación de los demás. Esto favorece a la convivencia en cualquier lugar. Podrán intervenir en discusiones sin crear molestias. 

5. Se hacen valer. Seguro que has leído la frase: "Ser bueno no es sinónimo de ser idiota, ser bueno es una virtud que algunos idiotas no entienden". Algo parecido les ocurre a las personas que desarrollan su inteligencia emocional. Por eso, siempre marcan límites y saben hacerse valer. Para que nadie les "tome el pelo". 

Fuente del artículo: Forbes

martes, 10 de febrero de 2015

Cuento de reflexion

El Camello sabio

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Una madre y un bebé camello estaban descansando en la sombra debajo de un árbol, y de repente el bebé camello le pregunta a su madre…

-   Mama, puedo preguntarte algunas cosas?

-   Claro que sí hijo mío, hay algo que te preocupa? — le contesto la mama camello

Entonces el bebe camello le pregunto a su madre:

-   Por qué los camellos tenemos joroba?

–   Hijo mío, nosotros necesitamos la joroba para guardar agua y poder sobrevivir cuando  no hay agua. Nosotros somos animales del     desierto y en el desierto es muy difícil encontrar agua. — le contesto su madre

El bebe camello habiendo escuchado la respuesta le volvió a preguntar a su madre:

-   ¿Mama, por qué son nuestras piernas largas y nuestros patas redondas?

-   Hijo mío, con estas piernas nos podemos mover por el desierto mejor que nadie porque están adaptadas para andar por el desierto — le contesto su madre con orgullo.

El bebe camello volvió a lanzarle otra pregunta a su madre:

-   …Y por qué son nuestras pestañas tan grandes? A veces esto molesta a mi vista y muchas veces no me deja ver bien las cosas.

La madre mirando orgullosa a su hijito le contesta:

-   Hijo mío, las pestañas largas y gruesas son la tapa protectora de tus ojos y las tenemos así para que nos protejan de la arena del desierto y de los vientos fuertes que soplan en el desierto y que a veces se convierten en fuertes tormentas de arena.

El bebe después de haber escuchado las respuestas que le había dado su madre a todas sus inquietudes, le dice a su madre…

-   ya entiendo, la joroba nos ayuda a poder tener agua almacenada para cuando estamos en el desierto ya que allí no hay agua debe almacenar el agua, las forma de nuestras piernas son para andar por el desierto con mayor facilidad y estas pestañas nos protegen los ojos de la arena y el viento del desierto…

-   Entonces qué demonios estamos haciendo aquí en el zoológico!


Reflexión

“Las habilidades, el conocimiento, las capacidades y la experiencia únicamente son útiles si estas en el lugar correcto”

Estamos en el lugar donde podemos desarrollar todas nuestras capacidades?

"Ama tu trabajo pero nunca te enamores de tu empresa, porque nunca sabes cuando tu empresa dejara de amarte!!"

viernes, 6 de febrero de 2015

El valor de las cosas

CUENTO PARA REFLEXIONAR: 



El valor de las cosas. Una historia zen

Esta es una historia que nos enseña que el verdadero valor de las cosas solo puede ser apreciado por un experto.

"Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?"
El maestro, sin mirarlo, le dijo:
-Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después...- y haciendo una pausa agregó Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
-E...encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.
-Bien-asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó- toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete ya y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
El joven tomó el anillo y partió.
Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo.
Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta.
Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, monto su caballo y regresó.
Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.
Entró en la habitación.
-Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
-Que importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él, para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.
El joven volvió a cabalgar.
El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
-Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
-¡¿58 monedas?!-exclamó el joven.
-Sí -replicó el joyero- Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... si la venta es urgente...
El Joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.
-Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.

martes, 3 de febrero de 2015

10 habilidades que debes tener para funcionar hoy en el trabajo




La habilidadpara relacionarse y mantener una comunicación fluida es esencial en cualquier puesto de trabajo. (Corbis)

La flexibilidad y temporalidad que caracterizan hoy en día al mercado laboral, con serias dificultades ya no sólo para crear empleo, sino para conservar el existente, obliga a los trabajadores a reciclarse y aportar un valor añadido para conservar su puesto. Ante un ERE o una reducción de plantilla, las empresas deben elegir a quien despedir y a quien no, y lo hacen no sólo en función de los conocimientos y habilidades del empleado, sino también en base a otra serie de competencias más transversales, como es su capacidad comunicativa, de liderazgo, su networking o su identificación con la identidad corporativa. Es decir, de las denominadas habilidades “blandas”, que tienen tanto o más peso que las “duras” y son determinantes cuando hay igualdad de competencias con otros trabajadores.
Para desarrollar las habilidades “blandas” y ganar puntos para mantenerse en un puesto de trabajo, la directora adjunta de Aol Jobs Mariya Pylayev ofrece una serie de consejos que podrían resumirse, a modo de decálogo, en estas claves.
1. Aprende a aceptar las críticas
La mejor forma de evitar las críticas es escucharlas, reflexionar sobre ellas e introducir los cambios necesarios para que no se vuelvan a repetir. El día a día laboral debe ser un aprendizaje continuo, por lo que es normal cometer errores, e incluso positivo si estos nos ayudan a evolucionar y a aprender.En ocasiones puede ser que no compartamos el reproche de un superior, pero con razón o sin ella, no queda más remedio que resignarnos y mostrarnos proactivos, aplicando la máxima de que ‘el jefe siempre tiene la razón’.
La peor actitud en estos casos, apunta la experta en temas laborales, es ponerse a la defensiva. Por una parte, nos impedirá aprender del error, mientras que por otra se generará una discusión innecesaria, en la mayoría de ocasiones, que aún llevando razón, estamos abocados a perder, pues la última palabra no suele ser la del trabajador.
2. Flexibilidad y adaptacion
La flexibilidad y temporalidad que caracterizan hoy en día al mercado laboral, con serias dificultades ya no sólo para crear empleo, sino para conservar el existente, obliga a los trabajadores a reciclarse y aportar un valor añadido para conservar su puesto. Ante un ERE o una reducción de plantilla, las empresas deben elegir a quien despedir y a quien no, y lo hacen no sólo en función de los conocimientos y habilidades del empleado, sino también en base a otra serie de competencias más transversales, como es su capacidad comunicativa, de liderazgo, su networking o su identificación con la identidad corporativa. Es decir, de las denominadas habilidades “blandas”, que tienen tanto o más peso que las “duras” y son determinantes cuando hay igualdad de competencias con otros trabajadores.
Los nuevos parámetros del mercado laboral y la velocidad con la que se están introduciendo cambios, desde los tecnológicos hasta los legislativos, nos obligan a estar siempre actualizados, atentos a las nuevas demandas y necesidades. El aprendizaje debe ser constante y, en palabras de Pylayev, “debemos estar fijándonos siempre en lo que ocurre en la carretera para cambiar de marcha cuando el momento lo requiera”. Si predomina esta actitud, añade, tendremos la suficiente confianza y capacidad para enfrentarnos a nuevos retos que en un principio nos parecían imposibles”. Querer es poder.
3. Capacidad resolutiva
Lo último que espera un jefe de sus trabajadores es que creen problemas. Si surge alguno, lo más recomendable es presentarlo con una batería de propuestas para solucionarlo. Hay que mostrarse siempre proactivos y resolutivos para no cargar a los superiores de más trabajo, que es lo que se espera y se valora de un buen empleado.
4. Motivación y confianza
Para avanzar y alcanzar los objetivos laborales es imprescindible contar con una buena dosis de confianza en nosotros mismos. Si nosotros no creemos en lo que hacemos, en nuestras capacidades, difícilmente lo van a hacer los demás. El primer paso para alcanzar las metas es visualizarlas, mentalizarnos de que somos capaces de llegar a ellas y esforzarnos día a día.
5. No perder de vista los valores éticos
La selva en la que se han convertido algunos centros de trabajo está haciendo que se descuiden los principios morales más básicos. La ultracompetitividad se está imponiendo por encima de la colaboración, lo que puede llevarnos a descuidar los valores éticos. En muchas ocasiones, este ambiente hace que los trabajadores se olviden de que trabajan para una misma empresa, de que tienen unos objetivos comunes y de que son compañeros, en lugar de enemigos. Esta transformación está haciendo que, cada vez más, los responsables de recursos humanos se fijen y valoren los principios morales de los candidatos a la hora de contratarlos, según asegura la directora adjunta de Aol Jobs.
6. Saber trabajar bajo presión
Como afirmaba el escritor Robert Louis Stevenson, “la vida no es una cuestión de tener buenas cartas, sino de saber jugar bien una mala mano”. Muchas veces nos vemos obligados a trabajar con el tiempo en contra y otras trabas que dificultan nuestra labor. Por eso, acostumbrase a manejar la presión, controlando las situaciones de estrés y manteniendo la calma, nos ayudará a salir delante de la mejor forma posible y ganar puntos en nuestra carrera profesional. Lograr cumplir los plazos asignados es hoy en día una de las cuestiones más valoradas por los empleadores.
7. Trabajar en equipo

La colaboración y la coordinación con el resto de compañeros son requisitos cada vez más importantes cuando desempeñamos tareas en grupo. La complejidad de muchos trabajos obliga a realizarlos en equipo, para lo que es necesario saber asumir responsabilidades, cumplir lo mejor posible con las exigencias y tener ciertas dotes de liderazgo. Para la responsable de Aol Jobs, el trabajo en equipo es como una orquesta: un solo músico puede arruinar el trabajo del resto de compañeros, por lo que hay que prestar atención y dar todo de sí para que salga bien”.
8. Planificación
La gestión del tiempo es imprescindible para cumplir con las tareas, al menos con las más importantes, sabiendo discernir entre lo accesorio y lo urgente o prioritario. Para ello, es necesario contar con una buena capacidad de planificación, disciplina, constancia y conciencia de hasta dónde pueden llegar nuestras capacidades para no cargarnos con demasiadas tareas que luego se queden en el tintero.
9. Habilidades comunicativas
El poder del lenguaje suele subestimarse en los centros de trabajo, pero la habilidad de relacionarse y mantener una comunicación fluida tanto transversal como de abajo hacia arriba es esencial para el correcto desempeño en un puesto de trabajo. Para la directora adjunta de Aol Jobs este es otro de los activos que más se están perdiendo entre los trabajadores, sobre todo entre los jóvenes, por lo que cada vez se valoran más.
10. Positivismo
El optimismo es una actitud que facilita el trabajo, ya no sólo de uno, sino del resto de compañeros. Mirar el vaso medio lleno, en lugar de medio vacío, no sólo hace que el trabajo sea más agradable, sino también menos estresante e incluso relajado. Además, diversos estudios han demostrado que mantener una actitud positiva aumenta la productividad al generar un buen ambiente de trabajo.
Fuente del artículo: elconfidencial






Quién te hace brillar y quién te hunde


¿Vivir cómodamente rodeado de aduladores, o esforzarse por trabajar con gente que te supera, te incentiva y que sabe más que tú? Ineficaces y tóxicos frente a productivos y motivadores. Debes saber lidiar con todos ellos y sacar lo mejor de ti.
quién te hace brillar y quién te hunde
Trabaja con los mejores sin miedo a la competencia Puedes ser empleado o jefe, pero lo que no debes hacer nunca es dejarte vencer por el temor a rodearte de gente que te supere o que sepa más que tú. Resulta fundamental procurar trabajar con los mejores si se quiere mejorar y prosperar en la carrera profesional. El mejor camino para hundirse es estar rodeado de mediocres. Recuerda que los número uno se juntan siempre de números uno; y los número dos, con números tres y cuatro, y esto termina por generar bolsas de incompetencia que se convierten en multiplicadores de la ineptitud.
Quién te hace brillar y quién te hunde
* No debes temer a la competencia interna. El peligro de ésta se da cuando se reduce la aportación de valor añadido que supone sumar ideas y planteamientos y nos dedicamos a enfrentarnos y a proteger nuestra posición sin colaborar.
* Plantéate incluso la bondad de tener un "eneamigo" en el trabajo. Este concepto de frenemy (eneamigo) describe el problema de los conflictos de roles que puedes tener en tu esfera laboral. El eneamigo es aquella persona –en este caso colega– con la que te une un vínculo de amistad, pero cuyas acciones, actitudes y desempeños son nocivos para ti. Al final, esa amistad puede tener cierta carga de autodestrucción, pero ser amigo de un rival o competidor siempre es inteligente. Aquí hablamos de coopetencia. Si competencia significa que uno gana y otros pierden, la coopetencia supone que todos ganan. Hay que ser capaz de sacar al profesional por encima de la persona. Debemos tener la habilidad de hacer valer los intereses profesionales y eliminar la batalla de egos.
* En ese equipo de los mejores en el que debes apoyarte deben existir ciertos perfiles: es necesario alguien que esté dispuesto a hacer todos los trabajos que nadie más quiere hacer; un encargado de detectar cuando alguien del equipo no es feliz o no está satisfecho (el experto en personas); y no puede faltar el que está dispuesto a nadar siempre contracorriente; o el "observador", que se convierte en los ojos y oídos del grupo, que ve en perspectiva lo que ocurre y puede predecir los problemas antes de que sucedan.
* En cualquier caso, al rodearse de los mejores debes contribuir a evitar la formación de un grupo indeseable de simples prima donnas, ingobernable y que se convierta en caldo de cultivo de múltiples problemas. El trastorno de una prima donna para el resto del equipo puede resultar perjudicial para toda la organización. Si decides lidiar con este tipo de profesionales, recuerda que se trata de individuos de alto rendimiento, difíciles de tratar, y que aportan a pesar de todo un gran valor a la compañía. Hay que entender que pueden ser reconducidos adecuadamente. Requieren de un mentoring adicional, porque es gente que se cree por encima de cualquier reproche, que necesita su espacio para pensar, no sólo sobre el negocio, sino sobre ellos mismos y sobre la posibilidad de que puedan representar un problema.
* Si la marca de la compañía está bien pensada y tiene unos valores claros, la desaparición del profesional estrella no tiene por qué ser perjudicial. Nos enganchamos a la marca de una compañía por sus valores y lo que esta representa.
* En esa búsqueda de los mejores puede suceder que te rodees de empleados valiosos pero que resultan muy caros para la organización. Lo más sensato es retenerlos. Saber quiénes son los mejores talentos y que exista una espiral del compromiso y no sólo una mera relación de trabajo. Hay que hacer todo lo posible para que quieran seguir y que crean en el proyecto.El camino de la perdición: rodearse de mediocresCalcula el cociente entre los problemas que te llegan y los que resuelves. Analiza si eres de los que se dedican al micromanagement que lleva aparejado un perfeccionismo exagerado y una obsesión absurda por el detalle; o si eres el típico profesional que cambia constantemente de prioridades y parece estar siempre muy ocupado, absolutamente desbordado.
Quién te hace brillar y quién te hunde
Este tipo de actitudes se suelen dar en organizaciones que hacen del presentismo un vicio rentable (aunque tóxico). Lo único que hace es generar falsos imprescindibles que tienden a estar siempre en la oficina aunque no hagan nada productivo; o profesionales instalados en una hiperactividad estúpida basada en actividades inútiles sin valor. Es todo lo contrario a la eficacia y a la productividad. Evita rodearte de estos individuos, así como de los zombies profesionales y de los aduladores, una forma elegante de denominar a los pelotas de toda la vida.
* Los que más papeletas tienen para ser olvidados tras una ausencia prolongada son aquellos que intentan tomar el menor número de decisiones posibles. Nunca se arriesgan y delegan todo buscando el consenso. No se anticipan y buscan excusas y dedican su tiempo a tareas que implican pocas decisiones, no demasiado estratégicas, y parecen muy ocupados.
* Otro problema es el de las organizaciones en las que prima la adulación por encima de los resultados y las verdaderas capacidades profesionales. Aquí hay que tener en cuenta que el pelota vive y prospera en la empresa gracias al ego de su amo. Suele ser un elemento dócil, inútil e ineficaz, aunque causa sorpresa ver cómo alguien tan poco operativo puede alcanzar el favor del jefe. Es algo parecido a lo que ocurría con los bufones: no molestaban, no restaban y entretenían.
El problema de la adulación excesiva es que el adulado lo permita. Hay quien necesita a gente alrededor que actúe de esta manera y favorecen la proliferación de estos individuos que se creen necesarios para la empresa e ignoran absolutamente su falta de compromiso con el equipo. Son egoístas y prefieren resignarse a vivir a la sombra del poder, pensando que forman parte de él.
Si trabajas con aduladores profesionales debes tener en cuenta que éstos sólo tienen ese talento, y son especialistas en buscar un modelo de organización que tolere desde arriba el hecho de que lo principal sea ser fiel a la organización, aunque vaya en contra de los resultados.
* La cara negativa de rodearse de mediocres implica que, cuando un jefe se involucra erróneamente con las personas de su equipo pierde objetividad. La cercanía lleva a valorar más al que está cerca, en detrimento de personas más cualificadas. Promocionar de este modo es también propio de alguien con hábitos de liderazgo mediocres.
La falta de objetividad por parte del jefe es una de las consecuencias negativas de primar las relaciones personales. No siempre ascienden los buenos, y hay un perfil de gente que sabe gestionar hacia arriba. Saber venderse y estar cerca del jefe es una habilidad incuestionable, y en entornos que favorecen la mediocridad algunos se orientan sólo a esto.
* Ten en cuenta, sin embargo, que no todos los "elementos tóxicos" afectan negativamente a la vida en la oficina o a la productividad: los narcisistas también pueden resultar muy carismáticos y pueden servir de inspiración a sus acólitos y ser unos grandes mentores; el compañero pasivo agresivo, el árbitro de la oficina, no suele llevarse bien con los demás, el juicio a los demás, pero hay quien piensa que puede tener aspectos positivos, si se utiliza para fomentar la cooperación y motivar al resto de compañeros.

fuente: expansion

lunes, 2 de febrero de 2015

¿Sabes cómo desarrollar una mente fuerte?

Personas Mentalmente fuertes: Las 13 cosas que evitan
Durante todo el tiempo los ejecutivos están preocupados por la fortaleza física y la salud,cuando se llega a esto, la fortaleza mental puede significar aún más. En particular, para los emprendedores, numerosos artículos hablan sobre las características esenciales de lafortaleza mental: tenacidad, optimismo, y una habilidad infalible. Sin embargo, también podemos definir la fortaleza mental mediante la identificación de las cosas que losindividuos mentalmente fuertes no hacen. El fin de semana, me quedé impresionada por esta lista compilada por Amy Morin, una psicoterapeuta y trabajadora social clínica, que la ha compartido en Lifehack.
1. Perder el tiempo sintiendo lástima por sí mismos:
No ves a las personas mentalmente fuertes sentir lástima por sus circunstancias o por la forma en que han sido maltratados. Ellos han aprendido a asumir la responsabilidad de sus acciones y resultados y tienen una comprensión innata del hecho de que con frecuencia la vida no es justa. Son capaces de salir de circunstancias difíciles con la auto conciencia y gratitud por las lecciones aprendidas. Cuando una situación termina mal, responden con frases tales como “Oh , bien”. O tal vez, simplemente con un, ” ¡Siguiente! “.
2. Regalar su energía:
Las personas mentalmente fuertes evitan dar a otros el poder de hacerles sentir inferiores o malos. Ellos entienden que tienen el control de sus acciones y emociones. Ellos saben que su fortaleza está en su capacidad para gestionar la forma en la que responden.
3. Rehuir el Cambio:
Las personas mentalmente fuertes aceptan el cambio y dan la bienvenida al desafío. Su mayor “miedo”, si lo tienen, no es lo desconocido, sino caer en la autocomplacencia y estancarse. Un entorno de cambio e incluso la incertidumbre pueden energizar a una persona mentalmente fuerte y actuar de la mejor manera posible.
4. Desperdiciar su energía en cosas que no pueden controlar:
Las personas mentalmente fuertes no se quejan por el tráfico, por el equipaje perdido o, especialmente, acerca de otras personas, ya que reconocen que todos estos factores están en general fuera de su control. En una situación mala, reconocen que la única cosa que siempre se puede controlar es su propia respuesta y la actitud y usan bien estos atributos.
5. Preocuparse por agradar a los demás:
¿Conoces a algunas personas que agradan? O, por el contrario, ¿a personas que se dedican a desagradar a los demás como una forma de reforzar una imagen de fortaleza? Ni una ni otra posición es buena. Una persona mentalmente fuerte se esfuerza por ser amable y por complacer a los demás, pero también no tiene miedo de hablar alto. Son capaces de soportar la posibilidad de que alguien se enfade y lidiarán con la situación, siempre que sea posible, con gracia.
6. Tener miedo a tomar riesgos calculados:
Una persona mentalmente fuerte está dispuesta a asumir riesgos calculados. Esto es una cosa totalmente diferente de saltar de cabeza sobre riesgos estúpidos. Pero con fortaleza mental, un individuo puede sopesar los riesgos y beneficios a fondo y se evaluarán plenamente las desventajas potenciales e incluso los peores escenarios antes de tomar acción.
7. Vivir en el pasado:
Hay fortaleza en reconocer el pasado y, especialmente, en el reconocimiento de las cosas aprendidas de experiencias pasadas, una persona mentalmente fuerte es capaz de evitar llenar con lodo su energía mental en decepciones pasadas o en las fantasías de los “días de gloria” pasados. Ellos invierten la mayor parte de su energía en la creación de un presente y un futuro óptimo.
8. Cometer los mismos errores una y otra vez:
Todos sabemos la definición de locura, ¿verdad? Es cuando tomamos las mismas acciones una y otra vez, con la esperanza de un resultado diferente y mejor del que hemos llegado antes.
Una persona mentalmente fuerte acepta toda la responsabilidad por el comportamiento pasado y está dispuesto a aprender de los errores. Las investigaciones muestran que la capacidad de ser auto-reflexivo de una manera precisa y productiva es una de las mayores fortalezas de los ejecutivos y empresarios con un éxito espectacular.
9. Estar resentido por el éxito de la gente:
Se necesita fortaleza de carácter para sentir auténtica alegría y emoción por el éxito de los demás. Las personas mentalmente fuertes tienen esta capacidad. Ellos no se ponen celosos o resentidos cuando otros tienen éxito (aunque pueden tomar los primeros apuntes sobre lo que hizo el individuo bien). Ellos están dispuestos a trabajar duro para sus propias posibilidades de éxito, sin depender de los atajos.
10. Abandonar después de un error:
Cada fracaso es una oportunidad para mejorar. Incluso los más grandes empresarios están dispuestos a admitir que sus primeros esfuerzos, invariablemente, trajeron muchos fracasos. Las personas mentalmente fuertes están dispuestos a fracasar una y otra vez, si es necesario, siempre y cuando la experiencia de aprendizaje de cada “fracaso” pueda acercarlos más a sus objetivos finales.
11. Temer estar tiempo a solas:
Las personas mentalmente fuertes disfrutan e incluso guardan como un tesoro el tiempo que pasan solos. Usan su tiempo de inactividad para reflexionar, planificar y para ser productivos. Lo más importante es que no dependen de otros para aumentar su felicidad y los estados de ánimo. Pueden ser felices con los demás y también pueden ser felices solas.
12. Sentir que el mundo les debe algo:
Especialmente en la economía actual, los ejecutivos y empleados de todos los niveles están ganando reconociendo que el mundo no les debe un sueldo, un paquete de beneficios y una vida cómoda, sin tener en cuenta su preparación y educación. Las personas mentalmente fuertes entran en el mundo preparadas para trabajar y tener éxito por sus méritos , en todas las fases del juego.
13. Esperar resultados inmediatos:
Ya se trate de un plan de entrenamiento, un régimen alimenticio o de empezar un negocio, las personas mentalmente fuertes están “en el largo plazo”. Saben que no deben esperar resultados inmediatos. Aplican su energía y tiempo en dosis medidas y celebran cada hito y el incremento del éxito en el camino. Y entienden que los cambios verdaderos toman tiempo.
Fuente del artículo: muypymes